A diferencia de la motricidad fina, que comprende todas aquellas actividades que el niño debe hacer con gran precisión, la motricidad gruesa incluye los movimiento de los músculos que afectan el desarrollo de acciones como caminar, correr o saltar. La fase de la motricidad gruesa se da en diferentes etapas del crecimiento y todas son esenciales, pero la etapa del 1 a los 5 años se destaca especialmente pues el niño empieza, primero, a hacer cosas como caminar por su propia cuenta, a agacharse, subir, bajar escaleras. Después, todas esas habilidades se fortalecen y se empiezan a desarrollar otras como correr, saltar, tener equilibrio y por ende, mayor autonomía.
Como incluye movimientos musculares de piernas, brazos, cabeza, abdomen, espalda, y además se centra en la habilidad del niño para moverse, desplazarse y conocer el mundo que lo rodea con todos sus sentidos, la motricidad gruesa es un proceso fundamental para procesar y guardar información del entorno y además, un proceso que permite expresar destrezas no sólo físicas, sino cognitivas. Observar el proceso de desarrollo de la motricidad gruesa y trabajar las actividades indicadas es esencial para entender además de las capacidades, las dificultades y sobre todo, los progresos.
Mamás, el desarrollo motriz para nuestros hijos es muy importante y los ejercicios para fortalecer la motricidad gruesa son indispensables.
Trabajar en el fortalecimiento y desarrollo de esta motricidad ayudará a nuestros niños a:
- Aumenta la seguridad y confianza en sí mismo
- Controla y quema energía
- Madura su sistema muscular y esquelético
- Aumenta la seguridad y confianza en sí mismo
- Mejora su coordinación
Algunas actividades para poder apoyar a nuestros críos con la motricidad gruesa son:
1. Recoger manzanas
Para hacer esta actividad necesitas pocos materiales: cinta adhesiva de color, unas manzanas (u otro objeto) y una cesta. En un espacio interior o exterior tendrás que hacer con la cinta adhesiva, una especie de árbol que permita realizar varios movimientos. En cada “rama” se pone una manzana. Las posibilidades luego son infinitas… el niño puede saltar en dos pies por el “tronco” hasta recoger la cesta. Después puede hacer equilibrio por cada rama mientras recoge las manzanas y las pone dentro de la cesta que tiene en la mano. La idea es que no se “caiga” de las ramas. Otra forma de llegar a las ramas es caminando con las piernas abiertas por las líneas que forman el tronco del árbol.
2. Huellas de animal
Lo único que necesitas es algunas tizas para dibujar en el piso unas huellas grandes de animal. La idea es hacer varias huellas de colores diferentes. Cada color tiene un número diferente de huellas. Por ejemplo: 5 huellas azules, 3 rojas y 4 amarillas. Hay varias cosas que se pueden hacer. Los niños pueden saltar de una huella a otra mientras cuentan las huellas de cada color. Otra posibilidad es saltar de huella a huella mientras dicen el color de cada una: “¡azul, azul azul, roja roja, amarilla, amarilla, amarilla!”. Los niños que aún no reconocen los colores o los números igual pueden saltar de huella a huella mientras tú te encargas de decir cada uno de los colores. Además de trabajar la motricidad, podrán practicar los números y los colores.
Imagen de Pinterest.es
3. Zancos con latas
Para hacer estos zancos necesitas dos latas, un martillo y unos clavos. La idea es hacer dos agujeros en cada lata para poder pasar a través de éstos unas cuerdas. La cuerda será la clave para que los niños puedan caminar con las latas, por eso debes asegurarte de que el largo de éstas sea adecuado para cada niño. Una vez listos, los niños deben pararse sobre las latas e intentar caminar sobre éstas con la ayuda de las cuerdas.
4. Raqueta globo
Lo primero que hay que hacer es construir una especie de raqueta con un tubo de cartón y una cuerda. La cuerda va atada de un extremo del tubo de cartón hacia el globo. El objetivo es que tal como se hace con una pelota de tenis o squash, el niño logre golpear el globo con el tubo varias veces seguidas.
5. Usando los pies
Amarra una cuerda de una silla a otra para que quede extendida. Sobre la cuerda, pon unas cintas o pequeñas banderas de colores que cuelguen. Una vez hecho esto, puedes darle a los niños la instrucción de tocar con los pies distintas banderas. Por ejemplo, si dices: “rosado, amarillo, blanco, rosado”, el niño usará uno de sus pies para tocar las banderas en la secuencia pedida. Otra opción es probar pateando un balón hacia una bandera determinada.
Algunas otras opciones pueden ser:
- Saltar con dos y con un pie, andar y correr.
- Gatear, arrastrarse.
- Escalar, estar de pie
- Hacer muecas, señas y reírse.
- Balancearse, montar en bicicleta
- Nadar, jugar al futbol.
- Subir y bajar escaleras.
- Realizar un recorrido, sin salirse, sobre líneas trazadas en el piso.
- Bailar en diferentes ritmos procurando que el niño tome el ritmo de la música constantemente.
- Disponer ejercicios de coordinación muscular especialmente marchas y equilibrio.
- Ejercicios de balanceo: en una tabla de 30cm. x 40cm., clavada en una superficie cilíndrica, el niño se balanceará, primero con la ayuda del maestro y posteriormente solo, procurando siempre la coordinación de movimientos.
- Practicar algunos juegos como: estatuas, el tren, saltar la cuerda.
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