Todos los días aún y estando dentro de casa, nos enfrentamos a la contaminación ambiental, el sol y otros agentes que impactan directamente en nuestra piel.
No sé ustedes mamás, pero lo ideal es pensar y realizar todos los días una rutina de cuidado a nuestra piel, comúnmente siempre pensamos y hacemos la limpieza, hidratación, y protección, sería lo ideal para todos. Justamente por esa razón es que hoy queremos compartirte algunos signos que te pueden ayudar a darte cuenta si tu piel te pide a gritos ayuda.
- Piel opaca. Conforme pasan los años, tu piel va perdiendo su brillo natural y se siente opaca. ¿La razón? A partir de los 25 o 30 años, aproximadamente, la hidratación y el proceso de exfoliación natural del cuerpo empiezan a disminuir.
- Menos suavidad. Por el mismo motivo, junto con la falta de flexibilidad y la acumulación de impurezas y de células muertas, la textura de nuestra piel cambia. Por eso, es probable que la sientas en ocasiones mucho más áspera.
- Líneas de expresión. Con el paso del tiempo también se reduce la producción de colágeno. ¿El resultado? Una creciente pérdida de la elasticidad. Como consecuencia, los gestos que hacemos a diario, por ejemplo cuando nos reímos o fruncimos el ceño, provocan la aparición de las líneas de expresión en el rostro.
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- Poros dilatados. La función de nuestros poros es eliminar el sudor, las toxinas e impurezas, pero también sirven para absorber los nutrientes externos. Los poros dilatados son un problema común de las pieles grasas y las causas pueden ser genéticas u hormonales. Sin embargo, la mayoría de las veces tienen que ver con los signos del envejecimiento, es decir, se abren por la falta de elasticidad de la piel. Por lo general, son más visibles en la llamada zona T: nariz, frente y alrededor de la boca.
- Manchas. A partir de cierta edad, nuestro cuerpo nos pasa factura por la cantidad acumulada de daño solar durante nuestras vidas y nos empiezan a salir algunas manchas en la piel. En algunos casos, también pueden producirse por cambios hormonales o hábitos alimenticios inadecuados, pero no son las causas más comunes. Así que la próxima que salgas a la calle, sin importar la estación del año, no te olvides de usar algún tipo de protección solar.
Si tienes alguna de éstas y te está moviendo de forma importante, además de no dejar de hacer tu rutina de limpieza, hidratación y protección por la mañana y de igual manera limpieza e hidratación por la noche, vale la pena que toques base con los expertos para ver si necesitas algún tratamiento en especial.
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