El día de hoy hablaremos sobre un trastorno de salud mental que afecta al 33% de la población mundial, la ansiedad, la cual se define como la preocupación y miedo intensos, excesivos y continuos ante situaciones cotidianas o también como un sentimiento humano normal que todos experimentamos cuando enfrentamos situaciones difíciles o que se ven como amenaza para la vida.
También es de suma importancia que logremos identificar y diferenciar entre la ansiedad normal y la patológica. Ésta última lleva al ser humano a tener una valoración irreal o distorsionada de la amenaza y nos puede llevar a paralizarnos ante el problema.
Sin embargo, no todo es malo, la ansiedad nos puede ayudar mantenernos alerta ante situaciones de mucha importancia o difíciles de manejar, por lo que nos impulsará a actuar y nos ayudará a adaptarnos a nuevas experiencias.
Algunos síntomas para detectar dicho trastorno son: Dificultad para mantener la concentración
- Cansancio excesivo
- Insomnio
- Irritabilidad
- Tensión muscular
- Agitación
- Dolor de cabeza
- Malestar estomacal
- Sudoración
Para lograr combatir la ansiedad es primordial buscar la ayuda de un profesional aunque también puedes aplicar algunos de estos consejos en tu vida diaria.
Buscar y tener un lugar tranquilo para dedicarte un tiempo para pensar.
Respirar hondo y cerrar tus ojos te ayudará a concentrarte en las actividades a realizar y así poco a poco calmarás tus preocupaciones y la ansiedad.
Relaja los músculos, especialmente los hombros.
La actividad física ayudará a aumentar tus niveles de serotonina lo cual te relajará y bajará tu estrés.
Evita traer a la memoria los pensamientos ansiosos, tan catastróficos y pesimistas.
Enfréntate al problema con una actitud realista y confiada, con ideas positivas.