Cuando escucho el término frustración en nuestros hijos, la verdad es que sí, entro en conflicto y quiero evitarlo a toda costa, pero ¿qué tan bueno es esto? ¿Debemos evitárselos o llevarlos de la mano a enfrentarlos?
Yo en lo personal creo que si se los evitamos, nunca sabrán enfrentarlos y es muy complicado poder tenerlos en una bolita de cristal todo el tiempo y protegerlos aunque muchas lo quisiéramos. Lo ideal es llevarlos de la mano y enseñarlos a enfrentarlos, pero ¿suena muy fácil no? varios padres nos preguntamos ¿y eso cómo se hace?
Los fracasos y las frustraciones son algo normal en la vida de las personas. Es fundamental que durante su desarrollo los niños, aprendan a superar estos aspectos de manera constructiva. Como papás somos los ideales, e ir de la mano con sus maestras para apoyarlos a enfrentarse a aquellas situaciones en las que se han equivocado y aquellas en las que no se consigue lo que uno quiere es lo ideal.
Creo que debemos comenzar por saber que una persona feliz no es aquella que no se equivoca nunca o aquella que siempre consigue todo lo que quiere, si no aquella que sabe afrontar sus errores, aprende de ellos y sabe superar la frustración de forma constructiva.
Debemos ver la frustración y los errores como parte de la vida, y por lo tanto es nuestra responsabilidad hacer que los más pequeños estén preparados para ello. Enseñarles a aprender de sus errores, a afrontar los fracasos y superar la frustración, a conseguir sus metas y a esforzarse para ello.
Acá algunos tips para poderlo lograr:
- Cambia la manera de ver los fracasos. Cuando algo les salga mal debemos hacer que no lo vean como algo negativo, son cosas que pasan, y que lo importante es darse cuenta en dónde nos hemos equivocado para que no vuelva a ocurrir. Si tu crío está aprendiendo algo y se equivoca y llora o dice “no sé hacerlo”, “no puedo”, lo ideal es decirles frases de apoyo como “no pasa nada, estas aprendiendo y todos nos equivocamos cuando aprendemos”, “vamos a ver en qué te has equivocado, ya verás como si lo descubrimos te das cuenta y no pasará la próxima”.
Convierte así la frustración en aprendizaje. Que el niño lo conciba como una oportunidad para aprender y ser creativo.
- Haz que haga las cosas por sí mismo. Déjale que algunas tareas las haga él o ella solos, que piense, que lo intente y que tenga la oportunidad de equivocarse y de enfrentarse al fracaso. De esta forma se aprende que podemos equivocarnos, pero que si nos equivocamos podemos también solucionarlo. Con esto también fomentamos su iniciativa personal, su autonomía y evitamos que tenga miedo a hacer las cosas por sí mismo.
- Enséñale que en toda situación de fracaso puede haber algo positivo. Ante todo fracaso hay siempre algo positivo que es la capacidad de aprender de ello, la posibilidad de crecer como persona, por ejemplo si el niño está haciendo su tarea y se equivoca, lo que implica que tiene que volver a comenzar, con toda la paciencia le diremos que no se preocupe, que a todos nos ha pasado alguna vez, que lo bueno es que podrá hacer todo en limpio y le quedara mucho mejor, y nuevamente reforzar con frases positivas como “luego te sentirás orgulloso de tu trabajo” cuando lo repita debemos decírselo “mira que bien ha quedado ahora” “lo hiciste muy bien, tú siempre puedes”.
- El ejemplo es la mayor enseñanza. Los pequeños aprenden e imitan lo que ven. Como padres, somos un modelo de conducta para ellos, nuestro modo de actuar es el que les guía para enfrentarse a situaciones de la vida. Ante situaciones que puedan provocar frustración o fracasos, debemos mantener una actitud positiva. Y esforzarnos por superar las dificultades.
- Marcar metas. Tenemos que ser congruentes con la edad y actividades de nuestros hijos, ya que ponerles metas muy complicadas puede llevar a que la frustración tanto de ellos, como a ti. La idea es darle actividades a doc con su edad e irlos animando, decirles que poco a poco lo conseguirán. Es importante estar cerca de ellos, que siempre se sientan acompañados e irlos soltando poco a poco para que vea que es gradual, sin abandonar en el primer fracaso.
Papás seamos pacientes y amorosos con nuestros hijos y vayamos de la mano con ellos para ayudarlos a ser felices.