Pueden ser distintos los factores que generan el desequilibrio emocional en las personas, van desde cambios repentinos en el estilo de vida, el insomnio, los problemas de concentración, los factores genéticos, la sobreprotección de los padres en la etapa infantil y adolescente, el tipo de alimentación y desde luego el estrés, entre otros.
Como su nombre lo dice, el equilibrio emocional te da el balance en tu vida, y la forma más común es tratarlo a través de terapia, sin embargo para evitar llevar a ese extremo, las personas pueden anticiparse y trabajar a favor de su equilibrio. Una de las actividades que contribuyen de mejor manera en este sentido es tomar un paseo matutino, salir a caminar 15 minutos todas las mañanas, con la luz del sol, el movimiento y el aire fresco tendrán un impacto positivo directo en tu estado de ánimo, ritmo cardíaco, metabolismo, digestión y más.
Un claro ejemplo de esto es la escritora Nita Sweeney quien en 2007 sufrió la pérdida de siete de sus amigos cercanos y familiares. Además de eso padecía de depresión crónica y trastorno bipolar, estaba literalmente atorada y de acuerdo con ella empezar a caminar fue lo que poco a poco le devolvió la vida. En este sentido, diversos estudios han demostrado que caminar puede aliviar la depresión, reducir la ansiedad y aumentar nuestra función creativa y cognitiva.
Las caminatas son clave para el equilibrio porque las ideas se ejecutan durante períodos de trabajo, pero se forman durante períodos de tiempo libre y aburrimiento. El músculo se entrena durante el ejercicio, pero crece durante la recuperación. Las mentes están comprometidas con la unión, pero fortalecidas con la soledad.
Encuentra el equilibrio, y encontrarás el crecimiento.
No solo los adultos se benefician de una caminata, también los niños,
Investigadores de la Universidad de Illinois estudiaron los efectos de una caminata de 20 minutos en el rendimiento cognitivo de un grupo de niños. Y los resultados fueron fascinantes.
El rendimiento de la comprensión lectora fue significativamente mejor después del ejercicio. El rendimiento ortográfico y aritmético también.
Con estos resultados, los investigadores concluyeron: “Los episodios únicos y agudos de ejercicio aeróbico moderadamente intenso (es decir, caminar) pueden mejorar el control cognitivo de la atención … y apoya aún más la idea de que el uso del ejercicio agudo moderado es un factor que contribuye a aumentar la atención y el rendimiento académico”.
Otra conclusión del documento: “Estos datos sugieren que los episodios únicos de ejercicio impactan procesos subyacentes específicos que apoyan la salud cognitiva y pueden ser necesarios para una vida efectiva.
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