En ocasiones pensamos que tener mucho dinero es maravilloso, pero en realidad somos más felices cuando perseguimos nuestros sueños y no el dinero. Por eso, es importante que tus hijos conozcan el valor del esfuerzo y de la felicidad.
La importancia de conocer el valor de las cosas se debe tener presente a lo largo de toda la vida. Sin lugar a dudas, es un aprendizaje que debe adquirirse desde la infancia y como padres, es nuestra responsabilidad enseñarlo.
Tener conciencia sobre el valor de las cosas, sin reducirlo al precio que tienen, genera una perspectiva de la vida diferente. De esta forma, un niño puede ser feliz sin la necesidad de medir a las personas o a los objetos por la riqueza que representan.
Si bien es cierto que vivimos en una sociedad en donde la apariencia importa, la vida se encarga de darnos constantes lecciones sobre lo que realmente tiene relevancia. En este sentido, una persona es valiosa por su esencia, su sabiduría y sus emociones. No por lo que tiene o deja de tener en las manos. Esto es algo que nuestros críos deben saber desde las primeras etapas de sus vidas.

¿Cómo enseñar a apreciar el esfuerzo?
Si quieres que tus hijos aprendan a diferenciar entre el valor material y el valor del esfuerzo, te daremos algunas claves para lograrlo:
- Da el ejemplo. En la medida en la que tus hijos vean el esfuerzo que haces y todo lo que trabajas por tus metas, podrán entender mejor el valor que les das.
- Brinda incentivos y soporte emocional cuando alcancen un logro. No importa si es algo pequeño o grande, reconoce su esfuerzo con tus palabras y con tu cariño. El incentivo y la motivación no tienen que ser algo material.
- Usa el juego para educar sobre el valor del trabajo y de la felicidad. Algo tan sencillo como realizar una manualidad les puede enseñar sobre el trabajo, el tiempo y el esfuerzo que se requieren para alcanzar un objetivo.
Estas son algunas ideas que sirven para que los niños internalicen el valor del trabajo y del esfuerzo. Así, les será más sencillo comprender lo que hay detrás de cada logro, de cada meta y de cada adquisición.
Comparte con tu familia este tipo de dinámicas para reconocer el valor de las cosas. Con pequeños hábitos sembrarás en tus hijos una mayor conciencia frente a la vida, para apreciar todo lo que conlleva ocupar determinados roles.
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