¿Se han preguntado por qué a la hora de elegir pareja siempre escogemos el mismo tipo de persona? Al momento de escoger pareja influyen varios factores en nuestra decisión y muchos están relacionados con las primeras relaciones que conocimos en la infancia. A continuación, estaremos hablando sobre cómo influye la infancia en la elección y relación de pareja.
La infancia es la etapa en la que se va construyendo nuestro futuro y relacionamiento con los demás. En este periodo las primeras relaciones que conocemos son las de nuestros padres, así que la forma como nos relacionamos con ellos va a ser importante y determinante en las relaciones que establezcamos en la vida adulta. Por ello, los primeros años son primordiales para generar en los niños emociones positivas para la construcción de su personalidad y su relacionamiento social.
Por el contrario, si a un niño no se le brinda un entorno seguro donde se sienta protegido y apoyado tanto social como económicamente, crecerá sin un soporte emocional, angustiado, temeroso y con baja autoestima. De adulto, será una persona que buscará adaptarse al entorno para sentirse bien y obtener el reconocimiento de los demás.
Un apego inseguro, como la sobreprotección o desprotección hará que de adulto sea codependiente o se acercará a personas para sobreprotegerlas o que le aporten la seguridad que no ha tenido. Quienes tienen baja autoestima se inclinarán por parejas con baja autoestima. Un apego inseguro también provocará que se involucren en relaciones que les producen ansiedad, vivirán con miedo a la intimidad y la cercanía; otros más, contendrán sus emociones para evitar ser rechazados como lo fueron en la infancia.
El tipo de apego que formemos en la infancia definirá, en nuestra vida futura, el tipo de pareja que escogeremos y la relación que estableceremos con ella. Por eso, es importante que las figuras de apego de los primeros años aporten al menor seguridad y confianza para que de adulto llegue a ser una persona con una autoestima sólida, capaz de entablar relaciones sanas, fuertes y duraderas.
Los expertos opinan que, un niño que tuvo desde pequeño cubiertas sus necesidades afectivas y vivió en un entorno seguro, en el futuro será independiente, seguro de sí mismo, con capacidad de decidir y resolver problemas y de relacionarse sanamente con los demás, podrá tener una vida feliz.
Para concluir, la calidad de afecto y atención que reciba un niño, sentirse amado y aceptado tal como es por parte de sus papás, determinará el tipo de relaciones afectivas que irá construyendo en el camino.
Imagen principal de https://psicologiamonzo.com/
Te puede interesar: