Las fiestas de fin de año significan para los niños una época de alegría y fantasía que tiene que ver con lo adornos, las fiestas y los regalos. Sin embargo, la convivencia en familia será lo que marcará sus recuerdos de navidad cuando sea adulto. ¿Cómo encontrar un equilibrio entre los regalos y la convivencia, de forma que nuestros hijos disfruten las fiestas de fin de año y estas queden guardadas en sus más bellos recuerdos?
Patricia de la Fuente, directora de Servicios Educativos para el Desarrollo Infantil (SEDI) menciona que muchas veces como papás nos dejamos llevar por la idea de que los regalos son el sinónimo perfecto de la felicidad y con esta idea nos esmeramos en que sea la mayor cantidad posible y guiados por el anhelo de procurarles una infancia feliz, damos prioridad a ese aspecto que generalmente relacionamos, en primer lugar, con el cumplimiento de sus deseos materiales: el juguete de moda, el gadget más reciente o el videojuego más anhelado.
La especialista en desarrollo infantil menciona que es importante no perder de vista que para los niños son más importantes los momentos de convivencia familiar, dedicarles tiempo de calidad para hablar, jugar y compartir experiencias que fortalezcan los lazos familiares. Además, menciona la importancia de brindarles libre y actividades no dirigidas para que puedan echar a volar su imaginación y creatividad.
En ese sentido, Patricia de la Fuente señala que incluso los lapsos de aburrimiento son útiles y necesarios para que los niños puedan buscar formas de divertirse con los elementos que tengan a su alcance. Mencionó que, si bien los juguetes electrónicos pueden representar para el niño un acercamiento a la tecnología de manera lúdica, es vital procurarle juguetes de acuerdo con su edad y etapa de desarrollo, así como aquellos que requieran la participación del niño y su imaginación.
De la Fuente menciona que en esta época de vacaciones los espacios de esparcimiento y el tiempo libre para jugar significan también una oportunidad para socializar con otros niños. Además, esto les ayuda en el desarrollo de habilidades socioemocionales, como el trabajo en equipo, la resolución de conflictos, la tolerancia y manejo de la frustración, por lo que recomendó brindar experiencias que estimulen todos sus sentidos:
“No hay como el contacto directo con la naturaleza o recurrir a objetos o juguetes que cobran vida con la imaginación de los niños y que serán utilizados para potencializar sus habilidades y desarrollar un mayor número de capacidades y destrezas”.
La especialista, con más de 40 años de experiencia, recomendó considerar que el exceso de juguetes, dispositivos electrónicos e incluso experiencias “divertidas”, pueden brindar a los niños momentos de “felicidad”, pero todo desde una postura de orden y mesura para evitar que la saturación de estímulos los desensibilice y los haga perder una perspectiva de lo que es realmente “valioso”.
Finalmente, Patricia de la Fuente menciona que como papás debemos buscar un equilibrio fundamental entre la cantidad y la calidad del tiempo que pasamos con nuestros hijos. La cantidad debe ser la suficiente para que la relación se vea enriquecida a través de la satisfacción mutua de las necesidades básicas: alimentación, sueño, higiene, ejercitación física y, sobre todo, afecto. Ya que señaló: “el hecho de que los padres estén presentes en el día a día de sus hijos, siempre impulsará y potencializará su desarrollo”.