Desde una perspectiva extremista, podríamos considerar que este es el año más caluroso en nuestro país; sin embargo, desde una visión fatalista, se pudiera decir que este es el año más fresco de los que están por venir.
Al final, el aquí y el ahora es lo que más importa. Por lo tanto, es importante prevenir las consecuencias de las altas temperaturas, principalmente porque, de acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional, durante esta temporada se espera una onda de calor con temperaturas máximas que pueden superar los 50 grados centígrados en regiones del noroeste del país. No obviemos la gravedad de esto: en 2022, España registró una ola de calor de 44 grados centígrados durante el mes de julio, con consecuencias fatales de 360 defunciones.
Son varias las consecuencias en la salud que se pueden relacionar con las altas temperaturas, como las enfermedades transmitidas por los alimentos. Estos productos son más susceptibles al desarrollo de bacterias y virus que pueden causar Enfermedades Diarreicas Agudas (EDAs) y Cólera en los consumidores. Por eso es importante que, al hacer las compras, comiences por los productos que no necesitan refrigeración y dejes para el final aquellos perecederos como pescados, carnes y lácteos. De esta manera, evitarás romper la cadena de frío de los alimentos refrigerados y/o congelados. De igual manera, te recomiendo cargar con una hielera para llevar los alimentos perecederos desde la tienda hasta el refrigerador de casa. Si quieres saber más sobre el manejo higiénico de los alimentos.

Otro de los problemas de salud más comunes por el calor es una forma de sarpullido denominada miliaria. Se caracteriza por la obstrucción de los conductos sudoríparos, lo que ocasiona que el sudor quede atrapado debajo de la piel. Esto es más común en bebés y niños pequeños. Si bien, la afección desaparece por sí sola, también se recomienda mantener las zonas afectadas descubiertas y usar ventiladores y/o aire acondicionado.
Continuando con las afecciones, es el turno de las más comunes en adultos: el agotamiento por calor. La exposición a condiciones más calurosas de lo habitual compromete la capacidad del cuerpo para regular su temperatura y puede dar lugar a diversas alteraciones como calambres, agotamiento excesivo, hipertermia (temperatura corporal de 40°C o más) y golpes de calor. Hasta el 80 por ciento de las personas pueden fallecer a causa de un golpe de calor, y el resto podría tener secuelas como daño cerebral, degradación muscular e insuficiencia renal.
Las personas embarazadas o con enfermedades crónico-degenerativas, los menores de 2 años y los mayores de 60 años deben mantenerse resguardados en interiores con una temperatura por debajo de 32°C durante el día y de 24°C por la noche. Si te encuentras expuesto a las altas temperaturas en el exterior y comienzas con los síntomas ya mencionados, lo mejor que puedes hacer es resguardarte en un sitio fresco (en el auto con el aire acondicionado encendido) e hidratarte rápidamente con líquidos frescos. Si a pesar de las recomendaciones anteriores tú o algún conocido aún mantiene los síntomas mencionados, parece desorientado o tiene convulsiones, ¡busca atención médica inmediata!
Recuerda no exponerte por más de diez minutos directamente al sol; si lo haces, utiliza protector solar y/o sombrillas. Disminuye el consumo de bebidas alcohólicas y el exceso de cafeína, ya que se consideran diuréticos. Bebe suficientes líquidos frescos o bebidas con electrolitos, mantente fresco y resguardado de las altas temperaturas y, además, cuida a tus mascotas, que también sufren con esta ola de calor.
Por el Dr. Alberto Molás, Miembro del Consejo Consultor de Nutriólogos de Herbalife
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