El día de hoy hablaremos de un tema muy importante y que sin duda merece total seriedad. Que nuestros hijos nos vean desnudos mientras son bebés no tiene mayor importancia, el problema puede ser conforme van creciendo.
Está totalmente claro que los niños nacen sin culpas, sin vergüenzas y sin preconceptos sobre lo bueno y lo malo, lo correcto y lo incorrecto, lo público y lo privado. Por lo tanto, somos nosotros como mamá y papá quienes debemos enseñarles a diferenciar entre cada término. Lo cual llevará a que pueda ir organizando su propia sexualidad, su identidad y sus permisos con la genitalidad.
Es importante que el respeto siempre esté presente, ya que así podrá generar confianza en sí mismo. También es fundamental que vayan aprendiendo las diferencias de género con sus padres y sus hermanos mayores.
Por otro lado, llegará un momento en que comenzarán las preguntas por parte de los críos como “¿por qué tienes eso y yo no?”, “¿qué es eso?”, etcétera. Lo mejor será comenzar a responder de la manera más natural y sencilla posible para que quede claro y nuestros hijos se den cuenta de que es algo normal.
Imagen de Padresehijos.com
En cuanto a las edades y etapas del desarrollo sexual infantil el sitio web Materna.com.ar menciona lo siguiente: Los niños nacen con sexualidad, sienten placer ante el tacto desde el primer momento, y por esto, son los mismos padres, encargados de su cuidado e higiene, los primeros en erotizarlos con sus caricias. Si bien cada niño transita las etapas de acuerdo a sus tiempos particulares, es posible plantear una división “aproximada” según las edades.
Hasta los 2 años. El niño va reconociéndose como ser sexual. La curiosidad sexual predomina en esta etapa y aparecen las ganas de ver e investigar. se preguntan por el origen de los niños y arman sus propias teorías al respecto. Se tocan-descubren casualmente sensaciones agradables-vuelven a tocarse. No hay aún signos de vergüenza o pudor.
De 2 a 3 años. El complejo de Edipo entra lentamente en escena y con él la identificación del niño con el progenitor del mismo sexo y la rivalidad con el sexo opuesto. En esta etapa los niños descubren las diferencias anatómicas entre uno y otro sexo, le dan nombre a los genitales.
De 4 a 6 años. Las identificaciones y rivalidades que podrían haber aparecido en la etapa anterior se intensifican. Aparecen las conductas pudorosas frente extraños y personas del sexo opuesto (incluso con la madre o el padre). Les da vergüenza mostrarse desnudos y más aún que revisen sus partes íntimas. Juegan con niños y con niñas y con ambos pueden aparecer juegos sexuales.
Los 6 años. Esta etapa es llamada “periodo de latencia”, aquí el interés que hasta el momento se encontraba a disposición de la investigación sexual, se desplaza hacia el aprendizaje brindándole al niño la posibilidad de redirigir sus energías y emprender una nueva etapa de activa investigación encuadrado en el marco de lo escolar.
Finalmente, debemos evitar confundirlos y ser consistentes en cómo nos expresamos en este tema. También es importante llamar a las partes del cuerpo por su nombre. Recordemos que las niñas y niños reciben información de todos lados y en un tema tan especial como la desnudez y su cuerpo, madre y padre son quienes deben llevarlos de la mano para evitar problemas a futuro.
Imagen de madreshoy.com
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