Cuando llegamos a este mundo, nuestro contacto era únicamente con la naturaleza, era de dónde preveníamos todas nuestras necesidades, a pesar de los millones de años que han pasado, seguimos necesitando de ésta para comer, respirar, vestir, y muchas otras cosas más, ¿por qué no regresar a ella? tener contacto, conectarnos, agradecer.
Hoy en día viviendo en el estrés diario de lo que representan las selvas de concreto en las que vivimos, nos llegamos a cansar, a desconectar, a andar de mal humor, con dolores en el cuerpo, estresados y enfermos y justo esto es lo que estamos dándoles también a nuestros críos.
En ocasiones intentamos salir de la rutina los fines de semana y contactar con la naturaleza, si eres uno de los que les gusta esto, tienes que seguirlo intentando, ya que este contacto tiene muchos beneficios como:
- Nos ayuda a estimular nuestro sistema inmune, ayudando a mejorar nuestra salud física y mental.
- Al pasear y disfrutar de ciertos paisajes se reducen a la mitad la secreción de hormonas del estrés.
- Terry Hartig, profesor de psicología en la Universidad de Upsala (Suecia), ha demostrado que después de una excursión de 40 minutos por la naturaleza se agudizan las habilidades intelectuales.
- Nuestras preocupaciones y problemas parecen más lejanos. Nos reconciliamos con el cuerpo y las obsesiones se desvanecen. También nos beneficiamos de no tener acceso a internet, el correo electrónico y las redes sociales.
- El entorno natural modifica el modo en que funciona nuestra mente. Cuando nos movemos con todos los sentidos abiertos por el campo, la atención dirigida descansa y es reemplazada por la fascinación. Los psicólogos ambientales Rachel y Stephen Kaplan utilizan las estancias en medios naturales para tratar la hiperactividad y la falta de concentración.
- La naturaleza nos ayuda a sanar.
El hecho de vivir en zonas con poco contacto con la naturaleza – como lo pueden ser ciertas zonas de nuestra ciudad- se relaciona con algunas enfermedades como:
- Depresión
- Ansiedad
- TDAH
- Cáncer
- Diabetes
Dichas enfermedades se dan debido a la falta de naturaleza en nuestros entornos, lo cual es muy dañino para nuestro sistema inmune.
Entonces cuando nuestro entorno se encuentra rodeado de naturaleza, el estado de ánimo pasa a estar más relajado, despreocupado y dedicamos más energía de nuestro cuerpo para reforzar el sistema inmunológico. Por otra parte, los entornos naturales también nos aportan vitamina D de la luz solar o iones negativos, entre otros.
Existen espacios como parques en nuestras ciudades con las que podemos ir a tener este contacto y si no, lugres cercanos como Morelos, Estado de México, Guerrero y otros pueden ser una gran opción para preparar tus fines de semana y lanzarte a esta maravillosa conexión.