La línea delgada entre lo positivo y no de la autoexigencia

by / Comentarios desactivados en La línea delgada entre lo positivo y no de la autoexigencia / 12 junio, 2024

Hoy en día como mujeres nos exigimos cada vez más, pues queremos ser buenas mamás, buenas amigas, buenas esposas, hacer ejercicio, estar en forma, comer sano, ser buena hija, buena hermana y así la lista podría continuar, por ello es que hoy Lorena Worzel, psicoterapeuta gestalt, nos explica el impacto en la vida, cuáles son las ventajas, desventajas y algunas vías de acción para manejarla de manera adecuada.

La autoexigencia es la tendencia de las personas a imponer estándares y expectativas sobre lo que tendría que lograr en diversos ámbitos de la vida, el académico, profesional, social, emocional, relacional y personal. Está fundamentada en el proceso de aprendizaje y de relacionamiento social desde la temprana infancia. La autoexigencia puede derivar en dos situaciones:

A)Producir la motivación necesaria, al impulsar a la persona a dirigir su esfuerzo hacia su desarrollo profesional, académico, en forma de una buena productividad, el desarrollo de nuevas habilidades y la sensación de determinación en el logro de objetivos. Desarrollo de resiliencia y perseverancia ante los obstáculos identificados.

B) Ocasionar estrés y ansiedad, derivado de un perfeccionismo patológico, cuando se impone metas imposibles de alcanzar por no tomar en cuenta las condiciones sociales, relacionales, económicas y de oportunidades reales. Esto genera un impacto destructivo en la autoestima y el auto valor provocando burnout profesional, y una sensación de desesperanza donde podemos observar agotamiento mental y físico.

Worzel ha enfatizado que el secreto es encontrar el punto medio. La autoexigencia habita en una línea delgada entre generar la motivación suficiente para trabajar en la mejora personal y actuar como mecanismo de frustración. Lo más importante es identificar cuando una situación provoca malestar en lugar de bienestar, en todas las esferas de la vida. La autoexigencia merma el discurso interno siendo destructivo, en el que siempre existe una referencia de que existe algo mejor, sin alcanzar el resultado propuesto, lo que resulta muy desalentador.

¿Cómo lograr que la autoexigencia juegue a nuestro favor?

A) Establecer metas realistas. Fijar metas alcanzables que representen un logro que contribuya a la motivación y no al deterioro de la autoestima.
B) Practicar la autocompasión, ser amable y comprensivo a nivel personal, reconociendo los pequeños logros.
C) Aceptación de la imperfección. Debemos estar habilitados para entender que la condición humana es imperfecta, por lo que es natural cometer errores.
D) Fomentar el autocuidado, buscar apoyos, amigos, colegas, mentores, terapéutico, para a través de ellos motivar una reflexión personal e identificar cuándo la autoexigencia es benéfica y cuándo no.

La autoexigencia se incorpora en los primeros años de vida y la competencia puede fomentarla, incluso desde el juego en la infancia. De tal manera, es necesario saber que existen lugares y espacios en donde sí es sano competir y otros en los que no.

La psicoterapeuta gestalt menciona que el objetivo que se puede plantear debe ser uno que nos mantenga motivados, contentos y nos permita hacer las tareas que nos lleven en esa dirección, es positivo. De lo contario, si detona ansiedad o nos hace sentir estresados o genera cansancio mental, es necesario replantearlo. Es un trabajo muy fino, en ocasiones necesitamos ayuda, una vez que se encuentra el mecanismo de cómo hacerlo diferente, se replica y se trabaja de manera autónoma.