Los estereotipos de género han estado presentes desde hace mucho tiempo en la sociedad, los cuales lamentablemente han provocado desigualdad en las condiciones de vida entre mujeres y hombres. Sin embargo, en la actualidad millones de mujeres han decidido tratar de cambiar esto por medio de algunos movimientos sociales.
Uno de esos estereotipos de género era que “los hombres y las mujeres tienen cerebros distintos”, refiriéndose a que dependiendo del género su capacidad era diferente. Claramente esto no es verdad, por lo que la neurocientífica cognitiva Gina Rippon decidió desmentir dicho mito por medio de evidencia científica al publicar su libro titulado The Gendered Brain.
Rippon comenta que el cerebro y el género no tienen nada que ver, son las costumbres y el entorno los que moldean el comportamiento, el pensamiento y las habilidades de los individuos de acuerdo a su género, a pesar de ello, aún existen científicos que mencionan que dichos elementos son innatos. Provocando que dicho mito sea difícil de desmentir a pesar de la información científica que existe.
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El tamaño no importa. Uno de los argumentos que más se utilizaban para alimentar dicho estereotipo era el de “el cerebro de los hombres es más grande que el de las mujeres” lo cual no tiene ninguna influencia sobre la capacidad cerebral de cada individuo.
A lo largo de 50 años se han publicado más de 50 mil investigaciones científicas que desmienten que cada género posee un cerebro diferente y que comprueban que ambos son iguales en cuanto a habilidades intelectuales y emocionales, poniendo a la mujer a la par del hombre. Buscando evitar la reproducción de dichos estereotipos de género que pueden llegar a estigmatizar a las mujeres.
Es así como la neurocientífica cognitiva Gina Rippon -apoyándose en otros estudios científicos- ha buscado destruir este mito. Sin embargo, no sólo basta con destruirlo, también debemos acabar con todo aquello que provoque desigualdad de género y afecte al género femenino. Actualmente se ha logrado ver un cambio en las nuevas generaciones en cuanto a la igualdad de género pero aún falta mucho camino que recorrer y es tarea de todos -desde casa- cambiar hábitos e ideas machistas.
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