Después del parto el regreso a la normalidad sexual requerirá de tiempo y ajustes en la relación de pareja, ya que la llegada del bebé significa nuevas prioridades para la mujer y el hombre puede sentirse desplazado en los afectos y atenciones de la mamá. La maternidad implica cambios físicos y emocionales, tu cuerpo y organismo necesitan recuperarse, por lo que, tratar de iniciar las relaciones sexuales puede resultarte de poco interés.
Posterior al nacimiento del bebé, la mujer necesita de cuatro a seis semanas para que su cuerpo y organismo se recuperen, el útero tiene que regresar a su estado y posición normal, en este periodo se requiere de mucha higiene para evitar infecciones (entre otros problemas), por lo que no es recomendable reiniciar las relaciones sexuales. También, tras el parto, en muchos casos quedan cicatrices debido a desgarres vaginales (episiotomía) producidos para facilitar el nacimiento, estas heridas necesitan tiempo para sanar por lo que las relaciones sexuales pueden llegar a ser dolorosas o incómodas, lo que provoca en la mujer temor a sentir dolor, inhibiendo su deseo sexual.
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Otros motivos por los cuales la mujer puede mostrar poco interés en reiniciar las relaciones sexuales, son que el dar a luz le requirió un enorme esfuerzo y mucha energía terminando muy agotada, posteriormente la lactancia y los cambios hormonales como la sequedad vaginal, sumados al cansancio y a los cuidados que necesita el bebé las 24 horas del día, pueden ser un problema serio pues terminan por agotarla aún más y lo único que quiere es tener tiempo para dormir y descansar.
Igualmente, la mujer puede sentirse poco atractiva por las transformaciones que ha tenido su cuerpo o el temor de quedar nuevamente embarazada. Los problemas de concepción pueden solucionarse, pregunten al médico los riesgos que implica tener sexo tan pronto y sobre un método anticonceptivo adecuado.
En esta etapa es muy importante contar con el apoyo y comprensión de la pareja, platica con él y exponle tus dudas y temores para que juntos encuentren otras opciones de intimidad que se ajusten a su nueva vida y que ayuden a unirlos más; planeen su tiempo para pasarlo juntos y a solas, aprovechen cuando el bebé esté dormido para intimidar y no necesariamente deben tener relaciones sexuales, hay otras formas de afecto como las caricias o los masajes, entre otras prácticas. Con tiempo y paciencia, podrán regresar a su vida sexual normal y satisfactoria. Es importante que la mujer se encuentre bien física y emocionalmente, para reiniciar la vida sexual.
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