Entre los conflictos que más dañan la relación de pareja está el estrés financiero causado por el endeudamiento y el mal manejo de los gastos que se generan. Ante esto, es importante que la pareja se tome un tiempo para dialogar sobre qué hacer para sanar sus finanzas, platicarlo, pero sin llegar a convertirlo en un problema que afecte la calidad de la relación de pareja.
Conversar en pareja sobre problemas económicos no es tarea fácil, hay personas a quienes no les gusta hablar sobre sus ingresos o deudas. Una pareja que desee mejorar sus finanzas, tiene que decidir, por común acuerdo, cómo se gastará el dinero aportado por ambos y al mismo tiempo qué se va a hacer para ahorrar y alcanzar sus metas financieras como la compra de una casa, pagar deudas o irse de vacaciones a su lugar soñado.
Lo ideal para una economía sana, es que desde el inicio de la unión se planifiquen y organicen los gastos, se establezcan acuerdos y reglas que permitan llevar un buen control de las finanzas para poder realizar proyectos en conjunto, pero ante todo es indispensable esforzarse en cumplir los compromisos, pues es una tarea de dos. Si desde el comienzo de la relación no hubo una planeación, nunca es tarde para comenzar a reparar sus finanzas.
A continuación, enlistamos algunos consejos de cómo manejar unas finanzas sanas en pareja.
Tener una buena comunicación. Conversar con franqueza sobre su economía. Hablar de dinero con la pareja no solo tiene que ver con compartir algunos gastos como ir al cine o a cenar, es importante que ambos se reúnan con cierta periodicidad para discutir sobre los gatos del hogar, quién se encargará del pago de las cuentas, quién llevará el registro, o decidir sobre pagos inesperados. Igualmente, si alguno de los dos no realizó un determinado pago, es mejor hablarlo a tiempo y llegar a un acuerdo para evitar que el problema sea mayor.
Hacer un presupuesto. Se pueden destinar dos terceras partes de sus ingresos para los gastos fuertes del hogar como pago de la renta, pago de servicios, la colegiatura de los niños y otras deudas. La tercera parte, se puede ahorrar para cubrir gastos personales, como por ejemplo cursar una maestría.
Establecer metas. Planificar sus gastos y analizar si alguno de ellos es realmente necesario, este ahorro puede ayudar a fijarse proyectos y a enfrentar imprevistos sin alterar su estabilidad financiera.
Llevar orden en los gastos. Hacer una lista de todo lo que se tiene que pagar, así de manera más inteligente, se podrá llevar un seguimiento de su presupuesto con la oportunidad de poder ahorrar o invertir.
Fondo para contingencias. Servirá para aquellos gastos que pudieran surgir de momento y que no estaban contemplados en el presupuesto, como la llegada de un nuevo bebé, enganche para una vivienda o un viaje que se ha deseado hacer.