Hace unos años, a un mes de celebrar ser mamá de nuevo con la llegada de mi segundo bebé, me puse a pensar en cómo había cambiado mi vida, mi cuerpo, mi mente, mis sentimientos y como todo esto es una verdadera revolución en las mujeres, ya que siempre con una nueva personita en casa, nuestra vida tendrá un sinfín de cambios.
Cuando llega un bebé a nuestra vida todo el mundo nos dice que es maravilloso y sí, definitivamente lo es, pero también hay algo que no todos dicen y es el post parto y los cambios que vienen a tu vida con este llegada. Quién diría que algo tan pequeño mueve de manera tan grande, ¿verdad?
Les platico de los cambios que convertirnos en mamá nos dará:
EMOCIONALES
Ser mamá aflora en nosotras una cantidad inmensa de emociones, ya que nuestro cuerpo es un manojo de hormonas y esto hace que tengamos todo al mismo tiempo, alegría, ternura, miedo, desconcierto, desesperación, tristeza… ¿Sabías que en nuestro cerebro produce cambios que facilitan el vínculo con nuestro bebé? Por eso, no debemos preocuparnos por esta mezcla de sentimientos.
Durante y después del parto el nivel de oxitocina, una hormona que favorece los lazos amorosos, es muy alto. También lo es el de vasopresina, la hormona que hace que surja en nosotras el instinto de protegerle. Los olores, los gestos y los ruiditos del bebé quedan grabados en nuestro cerebro y evocan una reacción inmediata.
Nuestro cerebro ahora es distinto: es un cerebro materno. Algunas madres nos sentimos cómodas al instante con este nuevo papel; otras necesitan un poco más tiempo.
Sea cual sea el caso, es importante tener en mente, que en nosotras disponemos de un manual de instrucciones para saber cómo cuidar a nuestro bebé. Es la reminiscencia del periodo en el que fuimos pequeñas y cuidaron de nosotras. Estos recuerdos, almacenados en el subconsciente, afloran ahora y revelan facetas de nosotras que desconocíamos.
Debemos confiar en nosotras, nuestros bebés no necesitan tener mamás perfectas, lo que necesitan es amor y compromiso con ellos y su desarrollo, para que sea lo mejor posible.
FÍSICOS
Por un lado está ese sentir que hace que tengamos fuerza y ganas de estar en todo, esto, se deriva del alto nivel de adrenalina que segregamos en el parto. Pero por otro lado, está esta parte donde nos sentimos muy cansadas, aunado a los entuertos, la molestia del pecho por la lactancia, la herida recién hecha, etc. Tengamos paciencia, nuestro cuerpo necesita un tiempo para recuperarse y con tiempo sucederá.
Se recomienda ir tomando actividades poco a poco. Se puede comenzar con caminatas con el bebé al día y ya dada de alta puedes comenzar a hacer ejercicio más en forma (pide consejos a los expertos, sobre todo porque depende la cantidad de actividad que siempre has realizado) y así podrás ir retomando el control y figura de tu cuerpo.
ORGANIZACIÓN DE TIEMPO
Ahora que regresamos a una rutina distinta, tenemos que tener muy claro que nada puede ser como antes, ahora hay una personita que depende al 100 de nosotros y por ende no podemos tener el mismo ritmo de vida y de actividades que antes de que llegara.
Cuando el bebé llega a casa es una revolución, entre amamantarlo cada tres horas, cambiarle el pañal, eructarlo, etc, el tiempo vuela y de hecho hay días que ni tiempo de bañar dan, uno llega a preguntarse cómo sucede esto.
Cuando uno comienza a regresar tiene que organizarse muchísimo, ya que de otra manera es un poco complicado poder tener tiempos para uno y llegar a tiempo a los compromisos y/o trabajo para las mamás trabajadoras.
Parece demasiado y por ese momento en lo que todo se acomoda lo es, pero te aseguro que se puede, que siempre logramos organizarnos y encontrar el tiempo para resolver y estar en todas nuestras múltiples ocupaciones.
¿Tú aumentarías alguna otra?