Hay ocasiones y ciertas edades en que los niños comienzan a mentir y decir ciertas mentirillas, pero muchas veces nos preguntamos qué hacer ante dicha situación, te compartimos algunas ideas.
Para empezar es importante saber que los niños no mienten solo porque sí, pueden ser varios motivos como la falta de seguridad y miedo, otras veces puede ser ejemplo de los padres, a veces, pueden ser simple fruto de su mundo de fantasía, por eso, es conveniente tratar de analizar el comportamiento del niño y ante qué recurre a las mentiras, además de tener en cuenta su edad.
Como comentamos, las mentiras pueden ser de varios tipos y dependiendo de la edad, decíamos, las mentiras de los niños pueden ser de diferentes tipos o, dicho de otro modo, evolucionan según la edad: Por ejemplo, hasta los 4 años están más relacionadas con la fantasía y con agradar a los adultos. A medida que van creciendo socializan mucho más, son más conscientes y ya empiezan a tener un pensamiento más crítico y las mentiras son más complejas y mejor elaboradas con el fin de librarse de castigos o en su beneficio.
¿Cuándo debemos preocuparnos?
Las mentiras pueden ser de diferente naturaleza, unas son más “inofensivas” y otras tienen cierto propósito o finalidad, que es a las que hay que prestar especial atención. La duda de muchos padres es cuándo deben preocuparse o reaccionar ante ellas. En este caso, los expertos recomiendan prestar atención si:
• Si las mentiras son frecuentes.
• Si las mentiras tienen que ver con temas serios. Estas pueden ser como no entregarte calificaciones, darse atracones de comida a escondidas e inventarse una historia al preguntar, no contar que le duela algo.
• Si las mentiras tienen el fin de manipular a los demás.
Si detectamos que sus mentiras tienen que ver con estos puntos es fundamental reaccionar y tener una conversación con el niño para tratar de saber por qué lo hace y esto nos puede dar también pistas de cómo podemos ayudarle: quizá nos oculte las notas porque estamos siendo demasiado exigentes y tiene miedo a decepcionarnos, puede que recurramos a los castigos de forma habitual y esto esté perjudicando la relación con nuestro hijo…analizar su comportamiento puede ayudarnos a analizar también el nuestro y tomar cartas en el asunto.
Si tú no logras detectar el problema, es importante platicar con un experto del tema que te pueda ir guiando en la situación.
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¿Qué hacer cuando mienten?
Algo que debemos tener muy claro es que los adultos somos el espejo de los críos, por eso, no podemos pedir que no mientan si nosotros lo hacemos, de esta manera no tiene sentido alguno y los confundimos.
Averigua el motivo de esa mentira: La comunicación con tus hijos es clave en muchísimos temas, por ello, platicar y averiguar es importante para sabes si tiene miedo de un castigo, no quería decepcionarte, estaba avergonzado, etc. Hablar con él es la mejor forma de saber y así darle un consejo para que entienda que mentir no será la solución a sus problemas.
Pedir perdón y algo más… A veces, llega un momento que dicen “lo siento” por inercia. Por eso, es importante que cuando tu hijo se arrepienta, le pidas que arregle de algún modo esa situación. Por ejemplo, quizá pasar algo más de tiempo contigo el fin de semana o tener algún detalle que de otra forma no tendría contigo. Se trata de recuperar juntos la pérdida de confianza que se produce cuando hay una mentira.
Dar el ejemplo: Está bien empezar por el principio y saber qué se va a considerar mentira o qué no. Está claro que, si a tu hijo le marcas ese límite, tú también deberías seguirlo. Diversos estudios muestran que los niños que están rodeados de adultos que mienten, a partir de los 4 años, ellos también empezarán a usar las mentiras como estrategia de resolución de problemas. Si no quieres que tu hijo mienta, lo mejor es no contribuir a ello.
Por tanto, ya sabemos por qué los niños mienten, cómo podemos actuar ante esta conducta y qué señales pueden suponer una alarma o motivo de preocupación.
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