La ortorexia es un trastorno de la conducta alimentaria que consiste en la obsesión por la comida sana. Las personas que sufren esta patología se sienten obligadas a seguir una dieta restrictiva que, según los casos, puede excluir la carne, las grasas, los alimentos sin un etiquetado en donde se pueda confirmar que es sano el alimento y no tiene ningún tipo de aditamentos. Este tipo de transtorno puede traer carencias nutricionales y alterar hasta la salud mental.
Una persona ortoréxica no sustituye los alimentos que rechaza por otros que puedan aportarle los mismos complementos nutricionales. Esto se traduce en anemia, carencias vitamínicas o de oligoelementos o falta de energía.
En la actualidad, esta patología no está recogida en las clasificaciones psiquiátricas oficiales, pero los psiquiatras y psicólogos reconocen su existencia y la tratan en sus consultas, especialmente en las dedicadas a los trastornos alimentarios.
Las causas de este transtorno no están claros, pero se ha observado que suele manifestarse en personas con comportamientos obsesivos y muy perfeccionistas. Este último rasgo es compartido con los sujetos que sufren anorexia, bulimia u otros trastornos de la conducta alimentaria (TCA) y, de hecho, en algunos casos la ortorexia forma parte de la sintomatología restrictiva de esas patologías.
Psiquiatras y psicólogos observan con frecuencia que la preocupación excesiva por la comida sana tiene que ver con un malestar o una dificultad personal que se intenta paliar controlando otros aspectos de la vida. En este caso, a través de la comida.
Síntomas
El síntoma principal que caracteriza a esta enfermedad es la preocupación excesiva por todo lo que se ingiere.
Los pacientes invierten un gran número de horas al día planificando y preparando las comidas.
Suelen ser tan estrictos que incluso se sienten culpables cuando lo incumplen y se castigan con dietas y ayunos aún más rígidos. Del mismo modo, eliminan por completo determinados alimentos en su dieta, no sólo carnes y grasas, sino también otras sustancias como el azúcar.
A diferencia de otros trastornos de la alimentación, los ortoréxicos suelen ser personas muy abiertas a la hora de difundir sus reglas de alimentación y no se abstienen en mostrarse orgullosos de ellas frente a otras personas.
Del mismo modo, menosprecian a aquellas que no siguen reglas dietéticas, por lo que el paciente puede verse abocado al aislamiento social.
La ortorexia suele comenzar con hábitos de vida saludables que se convierten en obsesión y puede provocar en los pacientes grandes pérdidas de peso. Además, pueden perder la capacidad de comer intuitivamente, es decir, dejan de saber cuándo tienen hambre o cuándo se encuentran saciados.
Para evitar llegar a la obsesión por la alimentación sana, los especialistas recomiendan seguir los siguientes consejos:
- Regirse por una comida sana que incluya la cantidad y variedad de alimentos que el organismo necesita para funcionar correctamente.
- Es importante que se incida en la educación de los niños a través de consejos como el respeto a uno mismo y a los demás y educar con modelos de belleza y conducta no estereotipados.
El tratamiento de las personas que sufren ortorexia se basa en la terapia psicológica y la terapia farmacológica, según los casos. En algún momento, depende de las consecuencias afectivas o de ansiedad que tenga el afectado, se puede administrar algún regulador del estrés o de la ansiedad.
En muchos casos el trastorno se aborda de forma multidisciplinar, con un equipo de profesionales que incluya psiquiatra, psicólogo y dietista-nutricionista. La educación nutricional es esencial para que el paciente vuelva a recurrir a la intuición: debe comer cuando tenga hambre y dejar de hacerlo cuando se sienta satisfecho.
Se recomienda que se incorporen poco a poco todos los nutrientes que fueron descartados y que se prosiga con una alimentación saludable en la que se ingieran cantidades suficientes de todos los grupos de alimentos.
Información de cuidateplus.marca.com/ Imagen de sabervivirtv.com
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