Cuando un niño asume las responsabilidades de un adulto, supliéndolo incluso en actividades inapropiadas para un menor, como utilizar la estufa para cocinar los alimentos, hacer tareas domésticas, hacer comprar, ir por sus hermanos a la escuela, entre otras, se conoce como parentificación.
Existen dos tipos de parentificación: la instrumental, es cuando al niño se le asignan tareas que corresponden a un adulto: limpiar la casa, ocuparse de alimentar y cuidar a sus hermanos menores y prepararlos para la escuela, entre otras. La parentificación emocional, se refiere al apoyo emocional que el niño tiene que darle al otro padre con el que convive, este padre o madre, puede encontrarse emocionalmente imposibilitado hasta para tomar decisiones.
La parentificación, se considera como una inversión de roles entre padres e hijos, así la responsabilidad que corresponde a uno de los padres, es transferida al hijo. Este fenómeno se puede ver más claramente en una familia con padres divorciados o en familias disfuncionales, que por la situación que se vive en la familia el niño tiene que desempeñar el papel del padre que se encuentra ausente, además también da apoyo emocional al otro padre, el niño a su corta edad, puede llegar a convertirse en su confidente.
La sobrecarga de actividades a que está expuesto el niño, provoca que no disponga de tiempo para vivir una infancia normal como la de otros niños que se desarrollan en un hogar que permanece unido, su proceso normal de maduración se suspenderá ya que, al no tener tiempo para realizar actividades propias de su edad, como es jugar, se afectará su relacionamiento con otros niños.
Ante la carga excesiva de responsabilidad siendo tan joven, el niño podría presentar depresión, ansiedad, aislamiento social, entre otros. Estos niños por lo regular son muy maduros. con alto sentido de responsabilidad, son atentos y obedientes.
Fuentes:
http://copao.cop.es/files/contenidos/VOL23_1_6.pdf
https://psiquentelequia.com/parentalizacion-nino-padre/