Es probable que lo hayas escuchado o no este término, el anidamiento o birdnesting, es la fórmula en la que cuando los padres se separan, los pequeños permanecen en el hogar familiar y son los papás quienes se turnan en ese espacio para pasar tiempo con sus hijos.
Este concepto es relativamente nuevo a nivel mundial, sin embargo, ha ido en aumento en países occidentales y principalmente en familias de clase media-alta.
El objetivo de realizar esta dinámica es que los niños no pierdan ese sentido familiar de tener a sus dos padres juntos en la misma casa, aunque sea por un rato en el día.
Evidentemente esta práctica no aplica para todas las parejas, pues hay algunas no que no quieren volver a convivir.
Sin embargo, a algunas íi les funciona, ya que les ayuda a aliviar la presión del reciente divorcio.
Malin Bergström, psicóloga infantil, contó para la BBC que esta práctica “es una forma de proteger a los niños y resguardarlos de la realidad, básicamente”.
Aunque, por otra parte, dijo que “enfrentar desafíos junto con los padres, como mudarse del hogar familiar, puede darles a los niños las herramientas para convertirse en un adulto resiliente que pueda manejar las cosas en el futuro”.
Se recomienda que los padres puedan reflexionar sobre las decisiones que van a tomar en cuanto a la educación que les van a brindar a sus hijos.
El anidamiento podría ayudar a que las parejas hagan un plan de crianza compartida a largo plazo e incluso puede favorecer a que entre ellos tengan una mejor relación.
Sin embargo, hay que considerar que no todo es positivo, la psicóloga sugiere que esta dinámica podría estancar la capacidad de superar la ruptura de pareja.
“El impulso natural después de un divorcio como padre es crear su propia vida, hacer frente a las cosas, seguir adelante, creo que los nidos van en contra de ese impulso”, confirmó la experta.

Es claro que en el tema de separaciones o divorcios nunca hay una fórmula correcta para poder sobrellevar una convivencia sana.
La ruptura de la pareja siempre será algo muy complicado para los niños, pues ellos están acostumbrados a hacer toda su vida con sus papás.
El anidamiento es una forma más de convivencia, pero la tranquilidad de los menores radica en la unión de los padres.
La principal recomendación es acudir con un profesional para que le ayude a entender a la familia sobre sus propias emociones para poder sobrellevar una convivencia sana y tranquila en donde la educación de los menores no se vea afectada.
También es importante platicar con los hijos para ver cómo se sienten con esa dinámica, ya que no siempre es igual para todas las familias y el hecho de que funcionen ciertas cosas para unos, no significa que vayan a tener los mismos resultados para todos.
Es por esto, que lo ideal es como te comentamos, buscar ayuda profesional, hablarlo entre los adultos y tomar la mejor decisión para todos los involucrados.
Información de Melodijolola.com/Imagen de univision.com
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