Mamás, no sé a uds, pero a mí si me a tocado que cuando pongo un límite o no doy un permiso, escuchar el grito de “te odio” y sí, se siente horrible, pero si nos ponemos a pensar en realidad no lo sienten, es su frustración de que reciben un NO en el momento y pues obvio no les gusta.
Sentirnos angustiados no tiene mucho sentido. Los niños son niños y eso implica que en muy pocas ocasiones miden las consecuencias de aquello que dicen o hacen.
Son impulsivos y, por tanto, se dejan llevar con mucha facilidad por sus emociones. Tienen un pobre control emocional y, con frecuencia, son las emociones las que terminan controlándoles a ellos jugándoles a veces malas pasadas. Pero, ¿cómo actuar si tu hijo te dice que te odia?
Normalmente, cuando los niños verbalizan frases del tipo “papá, te odio” o “mamá, te odio” no son conscientes del significado de tales palabras.
Los niños cuando se sienten frustrados se muestran agresivos. Todos sabemos que cuando los niños no consiguen lo que quieren, se sienten acorralados o las cosas no salen como tenían previstas, es posible que se frustren y muestren un comportamiento inadecuado.
A veces buscan, en su todavía escaso vocabulario, las palabras más desagradables u ofensivas para dañar a sus padres con el objetivo de hacerles así saber que están muy enfadados. Normalmente, cuando son más pequeños manifiestan su frustración mediante rabietas, insultos, llantos, etc. Sin embargo, cuando los niños son más mayores, manifiestan su frustración e insatisfacción haciendo uso de expresiones hirientes u ofensivas.
Cuando tu hijo te dice que te odia en momento de enfado, lo que realmente quiere hacerte saber es que no le gusta lo que le propones o que no está de acuerdo con tu manera de actuar en ese momento. Es cierto que decir “te odio” no es la mejor manera de expresar cómo uno se siente pero, no podemos olvidar que son niños y aún no tienen muchas otras alternativas a su alcance para expresar sus sentimientos de manera más adecuada.
Los niños aprenden poco a poco durante su infancia a desenvolverse en situaciones sociales, a resolver conflictos, a controlar sus emociones, etc. Continuamente aprenden e interiorizan habilidades emocionales y sociales pero, debido a su corta trayectoria de vida, aún son pequeños inexpertos que se sienten desbordados con facilidad. Cuando se enfadan, no disponen de muchas estrategias y terminan expresado su enfado haciendo uso de sus limitadas armas. Ponte en su lugar, todos hemos sido niños.

Aquí algunas recomendaciones para manejar este tipo de situaciones:
– No te preocupes. Es normal que cuando oigas esas palabras te resulten dolorosas pero, cuando tu hijo te dice eso simplemente quiere que sepas que está muy enfadado, es la manera que tiene de hacértelo saber. Realmente no siente aquello que ha dicho.
– No entres en su juego. Ignóralo, como si no lo hubieras oído. No te dejes llevar por su provocación, si entras es su juego estás perdido. Es necesario que el niño no tenga la sensación de que ha logrado desestabilizarte emocionalmente y captar tu atención. Si consigue atraparte en sus redes, es posible que utilice el decir “te odio” como un arma arrojadiza contra ti cuando sea necesario para conseguir aquello que quiere.
– Mantén la calma. No te alteres. Mantén un estado de absoluta calma y tranquilidad y solo habla con el niño/a cuando se haya tranquilizado. En momentos de tormenta no es bueno hablar, más vale esperar y abordar el tema cuando ambas partes estéis receptivas y las emociones se hayan aminorado.
– Ayúdale a conocer sus emociones. No le impidas que exteriorice su frustración o su enfado. Déjale experimentar sus emociones libremente sin juzgarle ni criticarle. Los niños tienen derecho a actuar de manera equivocada para poder aprender así de sus propios errores, de su experiencia. Luego, cuando la tormenta haya pasado acércate a él, habla con él, ayúdale a poner nombre a las emociones que ha tenido en ese momento. Y, ofrécele alternativas para que pueda expresar sus emociones de una forma más beneficiosa cuando de nuevo vuelva a estar frustrado o enfadado.
– Exprésale cómo te ha hecho sentir. Expresar lo que pensamos y sentimos es un derecho que todos tenemos. Por ello, cuando el niño se haya calmado transmítele cómo te has sentido cuando te ha dicho “ te odio”. Esto puede favorecer que el niño se ponga en tu lugar y tome conciencia de que todo lo que uno dice o hace tiene consecuencias. Es importante que el niño sea consciente de que sus palabras te han hecho sentir mal y que no es una conducta adecuada para que no se vuelva a repetir. Por último, exprésale que te encantaría que te pidiera perdón por lo sucedido.
En definitiva, es importante que el niño aprenda que utilizando esa conducta inadecuada no va a obtener absolutamente nada de ti.
Imagen en información de guiainfantil.com
Te puede interesar: