Solemos estresarnos por diferentes causas, por problemas familiares, económicos, exceso de trabajo, falta de tiempo o relaciones con nuestros semejantes, entre otros. El aislamiento social y en general el entorno actual provocado por la pandemia, ha generado incertidumbre sobre nuestro estado de salud y el de nuestra familia, esto sumado a las cargas de trabajo y de la casa y a los cambios en nuestro estilo de vida, han aumentado los niveles de estrés y ansiedad.
El estrés se manifiesta de diferentes formas y lo experimentamos según la situación por la que estemos atravesando, a algunos nos duele la cabeza, sentimos enojo, no dormimos bien, se nos va el apetito o podemos comer de más, entre muchos otros. Los niños, por ejemplo, pueden tener pesadillas, sentir miedo o tener dificultad para concentrarse en sus estudios. A continuación, te presentamos algunos síntomas de estrés y como pueden llegar a afectarnos.
En general:
Físicos
- Dolores de cabeza
- Tensión de espalda y cuello
- Dolor de estómago
- Diarrea o estreñimiento
- Náuseas
- Cansancio y fatiga
- Falta de apetito y dificultad para pasar los alimentos
- Cambios en la frecuencia arterial
Estado de ánimo
- Enojo
- Ansiedad y preocupación
- Temor
- Excitación e impotencia
- Tristeza
- Depresión
- Falta de motivación
De comportamiento
- Falta de apetito o comer en exceso
- Fumar de más
- Beber excesivamente
- Llanto
- Alteración del sueño
Fuentes de estrés en los niños. Pesadillas, bajo rendimiento escolar, presiones y problemas con los amigos, divorcio o separación de sus papás, miedo, llanto, enojo, ansiedad, no querer participar con familiares o en la escuela, bajo apetito.
Padecer estrés puede dañar nuestra salud, hacer ejercicio con regularidad o buscar una actividad que nos relaje, así como mantener contacto con otras personas, puede ayudarnos a contrarrestar el estrés.