Cada una de las etapas de la vida de nuestros críos son importantes, sin embargo una de las cuales solemos esperar con ansias, ya sea por miedo o porque no sabemos a lo que nos vamos a enfrentar es el momento de que dejen el pañal.

A muchos les urge porque ya no quieren seguir cambiando pañales y a otros no tanto, sin embargo, lo que es real, es que pocos papás estamos preparados para saber cuándo es el mejor momento y cómo llevar este proceso y de igual manera todos los niños son distintos por lo cual algunos aprenden de forma rápida y otros pueden tardar hasta meses.

Es por esto, que te queremos compartir algunos tips para ayudarte en el proceso.

1. Identificar si el niño está listo

Seguramente has escuchado varias historias, algunas mamás te dirán que antes del año y medio se lo quitaron, otras que después, lo que es real, es que cada niño tiene su tiempo y su proceso de madurez, sí mamás, no tiene nada que ver con que si tu hijo es más inteligente o tú eres mejor mamá, tiene que ver con la madurez de cada bebé y por esto es importante poder observar a nuestros críos y saber cuándo es el mejor momento.

Algunas preguntas que puedes hacerte para ver si está listo son:

• ¿Obedece instrucciones sencillas?
• ¿Camina y se sienta solo?
• ¿Trata de imitar a los adultos o hermanitos cuando van al baño?
• ¿Puede subirse y bajarse la ropa interior?
• ¿Brinca con los dos pies?

Trata de no meter presión al tema, apresurarlo cuando no está listo aún será contraproducente y frustrante para ti y para él.

Piensa también en otros factores aparte del nivel de desarrollo y preparación de tu hijo. Si en este momento tu pequeño está pasando por un gran cambio en su vida, como ir a una nueva escuela, la llegada de un nuevo miembro en la familia, es muy probable que el proceso de retirada del pañal se vuelva más difícil, y lo ideal sería postergarlo hasta que la situación se estabilice.

Tampoco tiene sentido empezar a enseñar a tu niño en un momento en que tú o quién lo cuida no puede dedicarle el tiempo, la paciencia y el buen humor necesarios.

Recuerda que quitar el pañal es un proceso importante para los niños y requiere de meses de paciencia y práctica diaria por eso si no tienes mucho tiempo mejor postergalo hasta que sea el momento indicado para los dos.

2. Crea una rutina

Crearles una rutina siempre les da seguridad a los niños, es por esto que es importante que tengas todo lo necesario y comiences por poner la bacinica en un lugar donde lo vea y que se vaya familiarizando. Tal vez lo puedes ir sentando con ropa para que se vaya familiarizando y poco a poco.

Algo importante es no forzarlo, ni obligarlo a permanecer sentado, esta rutina tiene que ser de lo más orgánica posible, puedes invitarlo como si tú lo fueras a hacer o algo que veas que lo hace sentir cómodo para usarla.

Una vez que tu niño ya esté plenamente acostumbrado a sentarse vestido en su bacinica, lo que sigue es que lo haga sin pañal.

Esto es importante hacerlo cada determinado tiempo (puede ser cada hora y estarle ofreciendo líquido) para que vaya viendo cómo se hace. Recuerda, no lo obligues.

Si es necesario, enséñale cómo, al final ellos aprenden gran parte de lo que hacen por imitación.

3. Platica con él

Enséñale a tu hijo la conexión entre el popó y el inodoro. La próxima vez que ensucie el pañal, llévalo a su bacinica, siéntalo y luego vacía el pañal en ésta por debajo de él. Esto le ayudará a asociar el acto de sentarse en la bacinica y hacer popó.

Vacía el contenido de la bacinica en el inodoro y permítele que jale si quiere (pero no insistas si notas que le da miedo), para que vea adónde va su popo. Enséñale a vestirse y lavarse las manos al final.

También puedes comprar algún libro o video sobre ir al baño, que le ayude a entender y asimilar todo el proceso. Déjalo en el baño para que pueda verlo cuando se siente.

4. Motívalo a ser independiente

Motiva a tu crío a usar su bacinica, si necesita ayuda para subir y bajar sus pantalones o ropa interior, asegúrate que sepa que te lo puede pedir a ti, y que tú lo llevarás al baño cuando quiera.

Si puedes, permítele que de vez en cuando circule por la casa sin pañales y mantén su orinal a la mano. Cuanto más tiempo lo dejes sin pañal, más rápido aprenderá, aunque tú tendrás que estar dispuesta a limpiar algunos charquitos.

De manera tranquila motívalo de vez en cuando a que se quede sentado por al menos un minuto. Te será más fácil lograrlo si le haces compañía, hablándole o leyéndole un libro.

5. No te estreses, los accidentes son normales

No hay niño que domine completamente el arte de ir al baño solito sin antes tener una serie de pequeños “accidentes”. Cuando esto ocurra, no debes enojarte con tu niño ni castigarlo; recuerda que hasta hace muy poquito tiempo tu crío aún no había desarrollado completamente sus músculos, y por lo tanto no tenía el control necesario para lograr contener la orina o las deposiciones.

Reduce las probabilidades de accidentes vistiendo a tu hijo con ropa que es fácil y rápida de quitar. Cuando pasen los accidentes, se positiva y amorosa, y limpia sin regañarlo mientras le recuerdas que hay que usar el bañito.

6. Celébralo cuando lo logre

Cuando tu crío vaya sintiéndose seguro y esté listo, ten por segura que lo hará con éxito, por eso cuando logre ir solo al baño, no importa si es una o varias veces al día, celébreselo, que vean y sientan que lo hicieron bien y van por el camino correcto. Recuerda que ellos buscan nuestra aprobación y si ven que tú te emocionas y lo felicitas seguirá por ese camino. Sin embargo, si no lo hace, dile que no importa, que lo van a seguir intentando y que estás segura que lo va a lograr muy pronto.

Este proceso puede ser muy fácil o muy difícil y sí depende mucho de nosotros, por eso es de vital importancia que te prepares mentalmente, respires y tengas mucha paciencia, tu bebé lo hará bien y tú también.