Por: Andreas Schoetz, PCC; Director Investigación, ICF Capítulo México
Por lo general, las personas suelen recurrir al coaching por alguno de estos tres tipos de objetivos: el deseo de fortalecer, debilitar o aprender una nueva estrategia de comportamiento. Y aunque está comprobado que el cerebro es naturalmente resistente al cambio, el sumar conocimientos en neurociencias a un proceso de coaching puede ayudar a tener hábitos más saludables y eficientes.
¿Qué es y cómo funciona el neurocoaching para modificar patrones?
Los patrones de comportamiento practicados por un tiempo considerable no se pueden suprimir o borrar, eso se debe a que las células nerviosas y sus conexiones que determinan el comportamiento no se disuelven.
Entonces, cuando las personas se proponen dejar de practicar un comportamiento habitual, generalmente fracasan, tal como suele suceder con las resoluciones de Año Nuevo como: dejar de fumar o tomar menos alcohol, comer menos y más sano, etc.
Desde el punto de vista de las neurociencias, esto se debe a que los comportamientos que queremos abandonar están asociados a estímulos desencadenantes específicos que las personas enfrentan en su día a día, mismos que pueden ser percibidos de manera consciente o inconsciente, e incluso anticipados.
Nuestro cerebro escanea constantemente el entorno en busca de estímulos y, al encontrar uno, verifica si tiene almacenado un patrón de reacción correspondiente y es así que se manifiesta el comportamiento respectivo.
Es aquí cuando entra en juego el neurocoaching, o en otras palabras, los conocimientos de las neurociencias aplicadas al coaching. Gracias a esta multidisciplinariedad es posible inhibir la activación de patrones de excitación. Esto generalmente se logra mediante la repetición intensa de una nueva estrategia de comportamientos alternativos. De esa forma, con el tiempo el nuevo comportamiento se activa más rápida y fácilmente que la vía neuronal anterior.
Para el coaching eso significa que es crucial que el cliente se enfoque lo más posible en la meta y el comportamiento final, dedicando mucho más tiempo y espacio a la preparación y práctica que al problema y al comportamiento problemático. Por la misma razón, no es muy útil proponerse no hacer algo; es más efectivo proponerse un comportamiento alternativo, es decir, el qué hacer que reemplace la estrategia anterior.
Los aportes del neurocoaching a la vida de las personas
Es gracias a estas estrategias desarrolladas a partir del neurocoaching, que las personas pueden lograr tener un estilo de vida más saludable, ser más eficientes a nivel personal y laboral, y muchos otros beneficios.
Algunas de las lecciones que nos deja esta disciplina para transformar tu vida son:
1) Pensar en un nuevo comportamiento y planearlo cognitivamente. Este es solo el primer paso pues posteriormente éste debe implementarse activamente y repetirse de manera reiterada, consciente y planificada hasta que el nuevo comportamiento esté firmemente establecido.
Un coach no solo ayuda a terminar con la concientización sobre un comportamiento contraproducente y la decisión y planificación racional del cambio sino que se extiende a la fase de implementación y repetición que se caracteriza a menudo por recaídas y la respectiva frustración.
2) Las neurociencias brindan una vasta cantidad de conocimientos entre los que destaca un concepto esencial: la neuroplasticidad, que denota la capacidad del cerebro para reorganizarse a lo largo de la vida.
Este conocimiento permite a los coaches ayudar a los clientes a reconocer que sus cerebros pueden cambiar y adaptarse, incentivándolos a adoptar nuevos comportamientos y patrones de pensamiento. Asimismo, es crucial comprender y superar las limitaciones innatas del cerebro que podrían obstaculizar el progreso.
3) Otro conocimiento clave es la comprensión del sistema de recompensa del cerebro, fundamental para la motivación y el establecimiento de metas. El neurotransmisor dopamina desempeña un papel crucial en este proceso.
Los coaches pueden utilizar esta información para ayudar a los clientes a establecer metas alcanzables que ofrezcan refuerzos positivos regulares, manteniéndolos comprometidos y motivados. Al dividir metas grandes en tareas más pequeñas y manejables, los clientes pueden experimentar éxitos frecuentes que estimulen el sistema de recompensa y refuercen comportamientos positivos.
4) Un método frecuentemente utilizado en coaching es la “visualización”, que consiste en crear una imagen mental vívida y detallada de un resultado deseado. Investigaciones neurocientíficas han demostrado que el cerebro reacciona ante la imaginación de un evento de la misma manera que ante su realización. Esto permite que, a través de la visualización, el cerebro fortalezca las conexiones neuronales asociadas con el comportamiento deseado, sin necesidad de llevarlo a cabo físicamente, facilitando así la práctica y el fortalecimiento de nuevos hábitos.
Es así, mediante la unión de los conocimientos del coaching y las neurociencias, y de especialistas avalados por instituciones como la Federación Internacional de Coaching (ICF) el que el proceso de establecer nuevos hábitos puede ser más sencillo y exitoso.