Nos convertimos en mamás, y sorpresa la culpa, el ajetreo, los momentos hormonales y varias cosas más vienen acompañadas, pero no se espanten, recuerden que tenemos un sin fin de motivos para que se nos olvide esa parte. Sin embargo, la culpa es de lo más común con lo que lidiamos como mamás y muchas veces hay gente que ni lo sabe porque nos da pena comentarlo.
Vivimos en un momento social en donde las mujeres estamos luchando por ser buena amiga, esposa, trabajadora, deportista, verte bien, sentirte bien, estar a la moda y además ser mamás. ¿Cómo no voy a cargar con culpas con todo lo que nos estamos aventando en el camino?
Pero, aquí la parte negativa de todo es que la culpa no llega sola, si no llega con sentimientos de miedo, inseguridad, vergüenza, inferioridad y esto es lo que al final de cuenta lastima más.
Desde pequeñas, se nos enseña como niñas a ser buenas, a hacer las cosas como se debe y como te dicen, a preocuparse por los demás y poner por encima de ellas las necesidades de los demás.
El problema comienza cuando la culpa se convierte en un enemigo que persigue, que critica, que te hace menos en lo que haces y esto tiene como consecuencia de todo lo que pasa con los hijos.
Talvez no nos la podemos quitar al 100%, pero aquí te compartimos algunos tips de los expertos para intentar sobrellevarla.
1. Conócete. Es indispensable que sepas cómo eres y quien eres, si esto lo tienes claro, entonces te puedes enfocar en tus prioridades, si aún no lo tienes claro, enfócate en esto y descubre qué te gusta, qué no, qué te hace feliz, qué te altera, qué te pone triste. Así comenzarás de esta forma podrás trabajar con lo que sabes que te afecta y darle peso a lo que no.
2. Ámate y cuídate. Entiende que la maternidad es difícil, compleja y no eres la única que lo siente y que lo vive de esta manera. No dejes que la culpa en la maternidad te haga creer que has hecho todo mal. Porque además lo bueno y lo malo es muy subjetivo, de nuevo aplaude tus logros y aprende de las áreas de oportunidad para seguir trabajando en ellas.
3. Repítete. Todos los días agradecerte lo que haces y repetir, “lo he hecho lo mejor que he podido, con las herramientas que tenía, mañana tendré una nueva oportunidad”. Te da la posibilidad de ver en dónde hay que seguir y aplaudirte lo que hiciste bien.
4. Suélta. No te responsabilices por todo. Es una realidad, no eres responsable de TODO lo que le pasa a tu hijo, ni a tus hermanos, ni a tus amigos, ni a tu casa, vivimos en sociedad y todos somos parte de un todo, dales a los demás la posibilidad de que cada quién se responsabilice de lo suyo de esta manera no cargas con tanto.
5. Delega. Haz tu red de apoyo y busca con quién puedes delegar responsabilidades, ya que llevar la carga de los hijos, el hogar, el trabajo solas es muy duro y conlleva mucho agotamiento mental y físico.
6. Pon límites. Elige tus prioridades, si tú no pones eso límites nadie lo hará, es importante que te cuides a ti misma.
7. Busca madres alegres, cómplices, que se sientan plenas o al menos que creas que suman a tu vida porque te escuchan, te aconsejan, pero NO TE JUZGAN. Tener mujeres que te entiendan, te hará sentir mejor.
8. Honra tu maternidad. Reconoce tus logros, el amor de tus hijos, lo que has hecho bien y cómo has construido un mundo para ellos, seguro encontrarás mucho de lo que sí has hecho bien y lo que has sumado tanto para ti, como para ellos, eso no dejes nunca de notarlo.
9. Busca momentos para ti. Hemos dicho muchas veces que como mamás somos un gran pilar y responsables de muchas cosas, es por ello, que buscar momentos para nosotras como hacer tu ejercicio favorito, ver a tus amigas, darte un masaje y sentarte a ver su serie favorita, es indispensable, es un momento en donde puedes soltar y regresar con una carga diferente para ver que no es necesario cargar con culpa.
10. Enamórate de tu hijo. Cuando leí esto, dije, ¿cómo, que no nos enamoramos de ellos en el primer instante?, además de que no todas, la mayoría se enamora más de la idea de cómo sería y frustra mucho que no sea así. Empecemos por amar y aceptar a nuestros hijos tal y como son y aceptarnos y amarnos a nosotros de igual manera, de esta forma podrás abrazar y disfrutar el camino de ser madre que construyes día a día.