Hoy por la mañana amanecí muy agradecida con Dios, con la vida, por tenerla, por tener a dos seres maravillosos que amo con locura y que sus sonrisas me expanden el corazón, por tener una pareja que es amante, compañero, equipo, amigo, por tener un trabajo que me encanta y por tener esta plataforma con la que me gusta tanto compartir. Y sí, así comenzó mi día, con cosas buenas.
De repente abro las redes sociales y empiezo a escuchar todo lo que está pasando, leo a una amiga que se desborda de tristeza en sus palabras y es como nos comparte su sentir y luego volteo a ver a mis críos y me pregunto ¿qué mundo estamos preparando y dejando para esos seres por los que lucho todos los días por ser mejor ser humano?
Después de poner los dos contextos, lo pensé mucho y me di cuenta de algo, no podemos hacernos de la vista gorda en los acontecimientos del mundo, porque aunque yo haga que nada pasa con Elba Esther Gordillo, donde es tan cínica la situación que no hay y ha habido durante más de dos años documentos que avalen una enfermedad, nadie la ha visto en el hospital (el cual supongo que por supuesto no está) y aquí nada pasa, por otro lado volteamos al otro lado y vemos lo que sucede en NY, que un chavo de 26 decide a exceso de velocidad subirse a una banqueta y matar a una persona y dejar a otras tantas lesionadas, luego nos enteramos de que el concierto de Ariana Grande en Manchester dejó a varios muertos por el supuesto atentado y así podemos seguir hablando de acontecimientos que suceden.
Pero creo que tenemos dos opciones: 1) engancharnos y conectarnos con esa energía de violencia y negatividad en donde lo único que nos deja es una paranoia y un miedo atroz a seguir viviendo, donde tenemos que salir pensando en tener que protegernos de todo lo que nos rodea y así pasarles ese miedo a nuestros hijos, en donde de verdad no podamos disfrutar nada de lo que hacemos y ¿por qué? solo por el miedo, la angustia que esto nos deja. 2) sembrar semillas de cosas positivas en nuestros hijos, en la gente que nos rodea para que entonces cada vez seamos más los que estemos conectados con este sentir de que sí podemos tener un país con paz, sin contaminación, con respeto y tolerancia, donde podemos enseñarles a las próximas generaciones y a las de ahora que somos parte de un todo, que la culpa no la tiene el gobierno, si no las acciones que hacemos en cada momento en casa, en la escuela, en la oficina, en el coche y donde quiera que vayas.
¿Les digo algo? Definitivamente elijo la 2, sí, no es fácil porque la información hoy en día vuela y uno puede estar escuchando todo tipo de noticias en la tv, radio, twitter, Facebook, periódicos y hasta en los grupos de whatsapp. Pero creo que vale la pena por rescatar momentos de paz y de alegría con tus hijos saliendo al parque y enseñándoles a cuidar, a respetar al otro, a tirar la basura en su lugar; teniendo momentos de tranquilidad si meditas y los enseñas a ellos, ya que los beneficios son maravillosos tanto para ellos como para ti; por tener espacios con tus amigos y puedas tomarte una copa, reírte, desconectarte; por ayudar al medio ambiente; por respetar las reglas de tránsito y ceder el paso a los peatones; y por muchas otras cosas más.
Creo que hay mil formas de conectarnos con las cosas positivas, creo que con detalles pequeños podemos ir cambiando las cosas, sembrando y enseñando a los nuestros y a otros.
Y lo más importante agradecer, agradecer lo que tenemos y lo que no tenemos también, porque todos los días hay mucho por el cual levantarse y decir gracias.
Empecemos a ser positivos, a crear consciencias de cosas lindas y unámonos para ser cada día más los que queremos un mundo mejor para ellos y para nosotros.