Hoy en día creo que vivimos en un mundo en el que nos exigimos como sociedad y como personas cada día más. En la chamba porque la demanda es cada vez mayor, en la casa porque creemos que si nosotras no lo hacemos no sucede, en la familia porque nos han enseñado a tener que ser perfectas, estar en forma porque queremos y nos gusta vernos bien, temas los cuales nos hace estar sumamente estresadas y correr todo el día o en mi caso por lo menos así es.
Recuerdo cuando era pequeña, mi mamá no trabajaba y de verdad no recuerdo verla preocupada o corriendo todo el día, y creo que antes no éramos tan críticos y analíticos con el tema de si las mamás trabajaban o se dedicaban a sus hijos, ¿por qué? Porque a ellas les quedaba muy claro que su chamba era en casa y que el marido era el que salía a ganarse el pan para proveer a su familia. Sin embargo, llevamos años luchando por la igualdad de las mujeres, lo que nos lleva hoy en día justo al tema con el que empecé, a exigirnos demasiado, ¿por qué? Porque tenemos mayor competencia en el ámbito laboral y no solo es salir y pelear contra eso, si no es salir y ver que todavía vivimos en una sociedad muy machista, en donde es claro y hay investigaciones que lo avalan, los hombres ganan por encima de nosotras haciendo exactamente lo mismo, a eso le sumamos que queremos ser las mamás perfectas, porque queremos hacer a nuestros hijos unas mejores personas y obvio no desatender al marido, acaso esto no vuelve loco a cualquiera?
Después de seis años de ser mamá y darme cuenta que es una labor maravillosa, pero que implica muchas responsabilidades, a veces me pregunto, ¿por qué no podemos volver a los roles anteriores? No estoy segura de que eso vaya a suceder, es más estoy segura que no, pero lo que sí me he podido percatar e intentar ver, es que si dejamos de intensear y exigirnos ser perfectas, es muy probable que nuestro estrés baje.
El otro día alguien me dijo “los niños se adaptan a los papás” cosa que me hizo pensar mucho y darme cuenta que sí, que hoy en día hay miles de niños y hubo ya en varias generaciones anteriores niños con papás trabajadores, entonces creo que lo ideal para poder lograr este y creo que se pueda realizar con lo siguiente:
- Definitivamente tenemos que tener claro cuáles son nuestras actividades del día, así como la de ellos, para de esta forma poder tener un organizador y poder meter en éste todas y cada una de las actividades, y así tener una mejor planeación.
- Darnos cuenta que con que les dediquemos tiempo de calidad y no estresarnos por la cantidad es suficiente. De nada vale 2 hrs con el celular en la mano, es mejor dejarlo fuera una media hora y dedicarnos en serio a ellos, que esas hrs de ausencia, creyendo que en realidad ahí estamos.
- Prediquemos con el ejemplo en cosas que queramos enseñarles como ser educado, respetar a los demás, tener paciencia, cuidar el medio ambiente, etc.
- Tener comunicación con nuestra pareja o con las personas que nos apoyan, para así poder respetar tiempos y actividades de todos, así como buscar los espacios juntos y con calidad.
- Darnos nuestros tiempos, se vale completamente sin sentirse culpables como irse al cine, darse un masaje, ir a cenar con las amigas o al gym, al contrario, buscarnos esos momentos son necesarios y liberadores para tomar aire y regresar a casa a seguir amando y atendiendo a nuestras familias.
- Darnos tiempo con la pareja, no olvidar que antes de ellos eran dos y que el amor de estos es lo que hizo que nuestros hijos estén aquí, sentarse un rato al día y platicar cómo les fue, tomarse de la mano, abrazarse y recordar porqué nos enamoramos es sumamente reconfortante y además el ejemplo de amor que les damos a ellos vale la pena.
Mamás no tratemos de ser perfectas, tratemos de hacer lo mejor posible y darnos nuestros tiempos, estoy segura que ellos y nosotros lo agradeceremos.