Recuerdo cuando me enteré que iba a ser mamá, enloquecí de emoción, pero también porque no sabía lo que implicaba un bebé.
Lo primero que hice fue preguntarles a mis amigas que ya eran mamás de lo que necesitaba, y para mi suerte, una gran amiga súper organizada me compartió su lista, de verdad no olvidó nada, pero no solo eso, yo como buena mamá primeriza, me creí por completo que tenía que comprar todo y sí, no me faltó nada.
Me acuerdo que entré a la tienda y me sentía como en el Disneylandia de mamás jaja.. pues era un sin fin de cosas que jamás imaginé que un bebé requiriera, es más, necesitaba más que mi marido y yo juntos jaja.. Finalmente compramos todo lo que “supuestamente” necesitábamos, pero esperen, por supuesto, los chupones no podían faltar dentro de esta gran lista, el problema es que nadie nos había dicho que se necesitaba uno para recién nacido, otro para cuando el bebé cumpliera 3 meses, luego para los 6 y así sucesivamente hasta llenar una maleta únicamente de los santos chupones. Ya estábamos listos, teníamos un millón de cosas para bebés y todo lo demás listo, podía llegar en cualquier momento.
Pues el bebé llegó, todo marchó de manera natural y alguien me comentó que era buenísimo darles chupón de recién nacidos porque es una manera en la que el bebé no olvida respirar y pues el índice de muerte de cuna se reducía, tal vez es cierto, pero sorpresa, el día que quise darle uno a mi crío, me lo escupió, así como entraba, salía y no lo intente una sola vez, fueron varias, de semanas, meses y jamás quiso quedarse con un chupón en la boca, lo que me llevó a ser mucho más creativa y buscar otras tantas opciones para ver qué hacer con él cuando no había forma de que dejara de llorar y confiar en que no iba a olvidar respirar.
En fin, creo que el tema que nos ha llevado a varias mamás a detenernos a leer, preguntar e investigar si es bueno, si es malo, hasta qué edad, etc.
Ahora, justamente investigando, leí que un nuevo estudio sugiere que el uso de estos lindos instrumentos que llevan años utilizándose, interfiere en la capacidad del bebé para copiar o imitar las expresiones faciales de los adultos, lo que supuestamente afecta el aprendizaje. Pero no se espanten, es únicamente un estudio y no hay nada confirmado.
Sin embargo, la Sociedad Americana de Pediatría no ha encontrado que haga daño, y cuando escuchamos a un médico o psicólogo, siempre hay controversia sobre cómo afectan a los niños los chupones.
Lo que siempre he dicho y desde mi punto de vista, es que el problema no es usarlos o no, si no darnos cuenta en qué momento los ocupamos, porque puede ser para que no olviden respirar, para que se callen, para que se queden dormidos, entretenerlos, etc, sin embargo, lo importante es aprender a escuchar y ver a nuestros hijos, porque creo que no todos los niños necesitan lo mismo cuando lloran y es muy probable que una caricia, un abrazo, meterlos a un reboso y tenerlos calientitos pegados a nosotros sea mucho mejor que un chupón, síiiii ya sé, no estamos acostumbradas y este ritmo de vida nos lleva a buscar soluciones rápidas, pero ellos lo valen y si nos damos a la tarea de escucharlos y observarlos por un momento, podemos creo que en la mayoría de los casos o por lo menos en mi experiencia, resolverlo con otras opciones.
¿Uds qué opinan? ,¿utilizaron el chupón?, ¿Qué fue lo que les dijeron de éstos?
Compártanme sus historias para que otras mamás nos lean y se sientan acompañadas en este maravilloso proceso de ser mamás.