Los valores en casa.

by / Comentarios desactivados en Los valores en casa. / 4 febrero, 2017

Hace unos días los estadounidenses eligieron a su presidente, una persona que, desde mi punto de vistas, busca el poder de una manera diferente, ya que creo que lo que promueve es la intolerancia, el racismo, la falta de respeto, sin poder ser capaz de ver al otro, ser compasivo, ser amable, ser flexible y mucho menos ser tolerante. ¿Pero en realidad en cuántas casas o escuelas se promueve esto?, él solo nos refleja a una parte de la sociedad importante, no solo es una persona, es la representación de muchas. ¿Esto queremos para nuestro mundo y nuestros hijos?

Por otra parte, hace unos días se suscitó un acto sumamente cruel y triste en Monterrey, en donde un chavito decide atacar con un arma a su profesora, y algunos compañeros, para luego él quitarse la vida. Lo mismo, él solo es el reflejo de lo que estamos viviendo. ¿qué estamos enseñando en casa, cuánto tiempo estamos dedicándoles a nuestros hijos, en realidad los estamos viendo y escuchando? ¿O vamos tan rápido que solo lo creemos, pero en realidad no nos detenemos?

Estos temas, que en poco tiempo se han llevado a cabo y que, por supuesto nos afecta de manera indirecta o indirecta, me llevó a pensar y hacer una retrospección sobre lo que realmente estamos trabajando en casa.

Todo parte de ahí, de casa, el lugar que te inculca, que mama y que da la educación y los valores. Que te abraza, te da seguridad, te da la base de todo para salir al mundo. Bien dicen que de nada sirve decir las cosas, si nosotros hacemos lo contrario, es por esto que es de suma importancia el ejemplo, empecemos por ahí.

Principios básicos

Coherencia. ¿cómo le pedimos a nuestro hijo que no diga groserías, que respete los animales, que respete a sus mayores y a sus compañeros, que sea negociador, etc, si nosotros no lo hacemos. Definitivamente hagámoslo nosotros, no les digamos una cosa y hagamos otra, porque de esta manera, lo único que logramos es confundirlos y mandarles mensajes encontrados. Ellos no van a entender cuál es lo que en realidad deben tomar del mensaje si no se los mostramos. Tengamos mucho cuidado con lo que pedimos vs lo que hacemos. El otro día escuchaba a una mamá decir lo importante que era escucharlos y del otro lado su niño llevaba más de 10 veces gritándole mamá y ella estaba tan entrada en la conversación queriendo convencernos de ser una maravillosa madre, que jamás volteo a ver a su hijo. A eso me refiero con ser coherente con el decir y el hacer.

Respeto. Comencemos por respetarlos a ellos y a nosotros mismos, si no, ¿cómo pretendemos que sepan qué es y cómo llevarlo a cabo? Escucharlos, preguntarles ¿qué sienten, enseñarlos a sentir, explicarles que es normal estar enojado, triste, alegre en ciertas situaciones y qué hacer con eso, y después de eso dejar que ellos sigan y expresen sobre los acontecimientos que viven. Si nosotros vamos sembrando esto en ellos, además de que van a aprender, a respetar y ver al otro, van a ser capaces de detenerse y saber qué pasa y hacía dónde quieren ir y hasta poder en un futuro acompañar a otro en esto.

Amor. El amor lo cura todo, frase célebre y muy cierta. Si les enseñamos con amor, con amor aprenderán e irán por el mundo. Creo que en estos momentos lo necesitamos, necesitamos que el mundo tenga amor y compasión por el otro y por uno mismo. El abrazarlos, besarlos, decirles cada que sea posible lo mucho que los amamos, lo mucho que los admiramos, lo orgullosos que nos sentimos de ellos, los ayudamos a reforzar su autoestima y ser capaces de poder dar ese amor también. No dejemos de gritarles lo mucho que nos hacen sentir y significan para nosotros. El amor jamás va a estar de más y jamás va a lastimar a nadie. Ojo, esto no quiere decir que no pongamos límites y no seamos claros y firmes con lo que no se debe hacer, eso, también es amor, enseñarles que hay límites para todo.

Respirar. Hace poco dos grandes mujeres me dijeron “el que es amo de su respiración, es amo de sus emociones” y sí, es muy cierto, empecemos por lo básico, aprendamos a respirar y enseñemos a ellos y a nosotros a hacerlo. Cuando te enojes respira, cuando estés a punto de gritar, respira, cuando estés triste, respira, cuando te sientas sobresaturado, respira. La respiración lo es todo y nos ayuda a calmarnos, a pensar con claridad y poder tomar decisiones desde la cabeza y no desde el estómago.

Creo que, si empezamos HOY en casa por escuchar, amar, hablar y respetar, las cosas van a ser distintas. Hoy estamos viviendo un momento complicado en nuestro mundo, pero también si somos positivos, empáticos, nos ponemos a chambear en vez de responsabilizar al de enfrente y trabajamos estos principios en casa, podemos comenzar a mover el mundo y sembrar semillitas para tener un mundo mejor. Comencemos desde casa, ahí es la base de todo.