¿Por qué queremos que dejen de ser niños?

by / Comentarios desactivados en ¿Por qué queremos que dejen de ser niños? / 18 octubre, 2017

Creo que ya les conté, pero el otro día estaba en un restaurante familiar o por lo menos uno donde permiten niños, lo digo porque voy seguido y siempre veo familias, por ende, yo iba con mis dos criaturitas y mi esposo. Nos sentamos muy tranquilamente, pedimos de comer y pues en los inters los niños se mueven, platican, juegan, van, vienen, etc, SON NIÑOS.

Unos minutos después una señora a grito pelado nos decía que les pidiéramos a nuestros hijos que dejaran de jugar cerca de ella porque estaban a punto de caerle encima unos palitos con los que ellos jugaban. Por supuesto, ni la tocaron, la tipa hizo su drama y honestamente yo solo la miraba, no le dije nada, pero sí me sacó de onda y me puse a pensar ¿Por qué la gente últimamente es tan intolerante? Pero sobre todo ¿por qué queremos que dejen de ser niños?

Los niños, para los que no lo sepan, tienen que estar en constante movimiento, un niño normal, no logra estar en un solo lugar y retener cosas por más de 3 minutos, ¿entonces por qué pretendemos tenerlos sentados todo el tiempo obedeciendo, portándose “bien” porque la sociedad así lo dice?. ¿Qué sociedad? ¿Quién inventó qué es portarse bien, según los estándares, los prejuicios, los traumas, la visión de quién?

Perdón, pero la verdad me da un poco de coraje que tengamos prejuicios tan marcados. Sí, los niños de antes no contestaban pero saben por qué, porque los golpeaban o amenazaban si lo hacían, los niños de antes solo obedecían, sí, pero por los mismos motivos. Y ahora resulta que más de la mitad de esas generaciones necesitan ir al psicólogo o psiquiatra porque están llenos de complejos, porque no pudieron ser lo que querían, porque alguien con una visión limitada les dijo que estaba bien y qué estaba mal.

Desafortunadamente seguimos viviendo mucho de esos prejuicios, donde ver a un niño jugar en un lugar público es malo, yo me pregunto ¿poooor?

¿Qué pasaría si hubiera más espacio para que los niños corrieran, gritaran y sacaran toda esa energía que tienen en  los lugares públicos?, ¿qué pasaría si la gente que no tiene hijos, mejor no juzga?, porque justo, no tiene ni la menor idea de lo que implica criar a un niño, ¿qué pasaría si en vez de voltear a ver a la mamá de junto y criticarla, le pongo una sonrisa y le pregunto que si está bien o necesita ayuda? (créanme todas la hemos necesitado y querido gritarlo en algún momento), ¿qué pasaría si somos empáticos, respetuosos y dejamos a los niños ser niños, dejar vivir su niñez lo mejor posible?

Yo voto porque hoy que se empiezan a abrir las mentes, las conciencias, las metodologías educativas nos unamos como madres y dejamos ser niños a nuestros hijos, y si no estás de acuerdo con ello, entonces síguete de frente, seguro encontraras a varias que piensen como tú, pero no te detengas a armar dramas, a juzgar y señalar a los papás. Porque te aseguro que cada uno de nosotros con nuestra historia, nuestras heridas, nuestra forma de ver el mundo, nuestra educación, hacemos lo que creemos es lo mejor para ellos.

Hoy te invito a preguntarte ¿qué te hubiera gustado hacer de niño que no pudiste? Y pregúntales a tus hijos ¿qué les gustaría hacer que no los he dejado? Y claro, dentro de un ambiente seguro y contenido, dales y date la oportunidad de ser, de ser libre, de expresar lo que sientes, lo que piensas, de gritar, bailar, mojarte bajo la lluvia, cantar a todo pulmón en el idioma que quieras sin importarte qué dicen de ti, pero tú vibras esa canción, llorar, abrazar, amar con intensidad.

¿Qué tal si dejamos los prejuicios, si deja de importarnos por unos momentos el qué dirán y decides ser tú y dejarlos ser ellos, tal como son, solo ser? Te aseguro que te llevarás grandes y gratas sorpresas y les aseguro que tendremos generaciones de gente feliz en vez de cada vez más personas intolerantes, amargadas, enojadas con la vida, quejándose de todo y llevando al mundo a una negatividad colectiva que ya no necesitamos.

Brinquemos y sacudámonos todo lo que no nos gusta y saquemos a nuestro niño y dejémoslos ser a nuestros hijos, esta etapa pasa muy rápido y no regresa jamás.