Volver a ser niña

by / Comentarios desactivados en Volver a ser niña / 29 abril, 2017

Este año confieso que el Día del Niño no me causaba nada de emoción, me daba más bien lo mismo. Entre el ajetreo del día a día, ni siquiera se me ocurría algo especial para este día. Sin embargo, surgieron eventos a los cuales fuimos invitados con este motivo por los críos.

Les cuento, pues resulta que después de muchos, muchos años regresé a Six Flags, lugar del que desde que estaba en la universidad no me paraba. Sí, recuerdo perfecto como me gustaba ese lugar. Cuando era chiquita era Reino Aventura, y de verdad tengo muy buenos recuerdos y muchas sonrisas. Siempre era emocionante, era como ir a un mundo lleno de aventuras tal cual su nombre lo decía.

Pues hoy lo volví a vivir. Llegamos directo a buscar juegos para niños, pues la idea era que ellos se divirtieran. Y sí, así fue, fueron horas formados en juegos para pequeños. No saben cómo me divertí formada y emocionada por subirme a montañas rusas con Diego. Ver su carita de emoción y vueltas emocionantes donde se aferraba a mí y bajando me abrazaba y me decía “mamita, gracias por abrazarme donde me dio miedo, ¡me encantó, vamos de nuevo! Wow, era suficiente para mi día. Pero ahí no terminó, pues el papá también quería participar y mientras ellos fueron a divertirse me quedé con el mini mi de 1 año en los muy pocos juegos en los que él podía subirse.

Resulta que me sentía mareadísima en unos globos de bebés jajaja… aunque no lo crean, horas trepada en ruedas de la fortuna, pero santa mareada con unos globitos que daban vuelta. Finalmente disfruté los jueguitos del peque y sobre todo verlo tan emocionado al subirse.

Luego, vino el mini tiempo para nosotros y corrí a los juegos de adrenalina pura, recordé que lo mío eran los juegos eso, la adrenalina y no las vueltas definitivamente. Me subí yo sola, grité como enana de la emoción y de la sensación. Saliendo corrí a otro juego con Diego en donde éramos parte de la Liga de la Justicia y vencíamos a los malos.

Lo que quiero en realidad contarles al platicar todo mi día, es resumir lo que me dejó este festejo, lo que me dio el salir a ser parte de algo que en realidad para mí no tenía mucho sentido.

Pude rescatar muchísimas cosas.

  • Me di cuenta que uno puede ser sumamente feliz, en cualquier lugar donde uno se lo propone, no importa, si sube, si baja, si da vuelta, si es con niños o con adultos, lo importante es la actitud.
  • Que se puede vivir sin celular (porque contadas veces lo saqué y casi siempre fue para tomar fotos) y hasta descansa uno muchísimo sin tener que estar atento de él.
  • Que tengo muchísimas cosas por las cuales sentirme feliz y bendecida.
  • Que pude vencer mi miedo de subirme sola a un juego y sobre todo a uno con tanta adrenalina y lo disfruté muchísimo.
  • Que uno puede tomar la decisión de sacar a su niño interior cuanto uno quiere y obtener lo mejor de él
  • Que no es necesario que sea el Día del Niño para poder abrazar, reír, correr, amar, sonreír y disfrutar tanto la vida.
  • Que mis hijos son mis mejores maestros de vida, porque me hacen recordar lo maravillosa que es la vida y lo maravilloso que se ve la vida con la inocencia y la capacidad de sorpresa como ellos.
  • Que tengo un hombre a mi lado, que además de ser mi amigo, esposo y compañero, también me enseña que uno puede ser un poco de niño todos los días en ciertos momentos y soltar y disfrutar más.
  • Que también fui niña y que recordarlo y volverlo a ser por un momento me relajó, me dio soltura, me refrescó, me dio alegría y mucha gratitud.

Este Día del Niño los invito a disfrutar lo que sea que decidan hacer, ya sea fuera o dentro de casa, pero dejen salir ese niño interno que todos tenemos, déjenlo salir a reírse, a abrazar, a reír, soñar y sobre todo hacerlo con nuestros críos. Enseñémosles lo maravilloso que es ser pequeños y disfrutar la vida a todo momento sin importar la edad.

¡Feliz Día del Niño!